jueves, 8 de agosto de 2019

EDUARDO ESCOBAR TRAS LOS PASOS DE ARMAS, GALARRAGA Y CABRERA



Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- Eduardo Escobar consiguió un elevado de sacrificio en el tercer inning del partido que ganaron los Diamondbacks 6-1 a los Filis de Filadelfia, el miércoles por la noche en el Chase Field de Phoenix. El batazo elevó a 93 las remolcadas del antesalista, que amaneció este jueves como líder absoluto del departamento en la temporada.
Escobar, que proyecta terminar 2019 con 131 impulsadas, está travesando un camino que antes sólo fue transitado por Antonio Armas, Andrés Galarraga y Miguel Cabrera, entre los venezolanos que han jugado en las Grandes Ligas.
Galarraga es el único criollo que, jugando para un equipo de la Liga Nacional (Rockies de Colorado), encabezó las Mayores en producidas. Lo hizo en 1996 (150) y 1997 (140). Mientras que el último en hacerlo en la Liga Americana fue Cabrera, que con el uniforme de los Tigres de Detroit terminó al frente de los productores de la Gran Carpa en 2010 (126) y 2012 (139). Antes, Antonio Armas apuntó su nombre en la reducida lista, con su enorme zafra de 1984, cuando envió al plato a 123 compañeros, defendiendo al casaca de los Medias Rojas de Boston.
Escobar todavía tiene una larga ruta que recorrer. Freddie Freeman, de los Bravos de Atlanta, le pisa los talones con 92 traídas al plato; mientras que Michael Trout, de los Ángeles de Los Ángeles, suma 89 en el joven circuito, antes de la jornada del jueves.
El infielder y bateador de las dos manos, está en medio de su mejor campaña. Ya pulverizó su récord personal de impulsadas (84, en 2018), en tanto que por tercer año seguido implanta una marca personal de jonrones (25) y está a un triple de sumar doble figura en dobles, triangulares y estacazos de vuelta completa, algo que apenas han conseguido César Tovar (1970), Bob Abreu (1999 y 2000), Carlos Guillén (2004) y David Peralta (2015), entre los criollos que alguna vez jugaron en las Grandes Ligas, de acuerdo con Baseball Reference. Adicionalmente, sus 93 traídas son un récord para un ambidiestro de Arizona, muy por encima del registro anterior establecido por Tony Clark, con 87 en 2005.
Escobar, que este año ha sacado la bola a ambos lados del home plate en un mismo partido un par de veces, asegura que está sorprendido sobre su despliegue de poder.
“No voy al plato pensando en jonrones”, dijo Escobar al diario Arizona Republic. “No soy un tipo de dar jonrones”.
Antes de este jueves se perfila para terminar la campaña con 35 vuelacercas, lo que haría palidecer su tope individual, establecido el año pasado con 23.
“Creo que se trata de un bateador, que ha encontrado el ángulo de salida (en sus contactos) en ciertos conteos y el resultado han sido más jonrones”, trató de explicar el manager de Arizona, Torey Lovullo. “Pienso que tiene un swing compacto y balanceado que le ha dado buenos resultados. Aunque realmente todo comienza con ser un buen bateador. Es bueno haciendo contacto y en la coordinación manos-ojos. Busca hacer daño en cada pitcheo”.
Escobar, que batea para .280/.337/.534, con .871 de OPS, admitió que sí está enfocado en hacer contacto sólido y si eso ocurre a menudo, siempre tendrá la oportunidad de encontrar un envío adecuado que viajara a una buena distancia hacia los jardines.
De acuerdo con el reporte, el coach Luis Urueta apuntó que un factor importante en el rendimiento de Escobar ha sido su nivel de confianza, que demuestra con su jovialidad en el dugout.
“Ahora estamos viendo al verdadero Escobar”, destacó Urueta. “Cuando se siente cómodo tiene buenas actuaciones”.
Visto como un utility durante años, se ha establecido como tercera base de los Dbacks, después de ser cambiado a mediados de 2018 por los Mellizos de Minnesota. Ahora, no tiene que llegar al parque preguntándose dónde será alineado.
“Ahora conozco a todos aquí y quiero quedarme por mucho tiempo”, puntualizó Escobar, que irmó un contrato por tres años y 21 millones de dólares en noviembre pasado. “Es muy divertido venir al estadio y hacer a mis compañeros felices. Este juego es difícil, pero cuando te mantienes positivo y trabajas duro, muchas cosas buenas pueden pasar en el terreno”.
Pese a jugar en un parque que beneficia a los bateadores, Escobar ha estado mucho mejor en la carretera con una línea ofensiva de .286/.338/.500, 13 jonrones y 50 remolcadas. Lo que también habla a su favor al momento de evaluar su actuación.
Toda esa producción ofensiva ha sido acompañada de una sólida defensa. Desde 2018, Escobar lidera a todos los tercera bases con un porcentaje de fildeo de .981 (10 errores en 518 chances), por encima de Anthony Rendón (Washington/.976).

EL DATO

Eduardo Escobar lidera la Liga Nacional en triples (9) y remolcadas (93), está empatado en el segundo lugar en partidos de al menos tres hits (13) y es noveno en bases alcanzadas (238).

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