lunes, 3 de febrero de 2020

Buscar un Sentimiento no es Adoración




“Voy hacia el oriente, pero él no está allí; voy hacia el occidente, pero no puedo encontrarlo. No lo veo en el norte, porque está escondido; miro al sur, pero él está oculto. ‘Sin embargo, él sabe a dónde yo voy’”. Job 23:8-10a (NTV)

Ayer vimos que David se quejaba frecuentemente de la aparente ausencia de Dios. Pero la verdad es que Dios realmente no había dejado a David, así como Dios nunca te dejará. Él ha prometido repetidamente: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”.

Sin embargo, Dios no te ha prometido que siempre sentirás Su presencia. De hecho, Dios admite que a veces se esconde de nosotros (ver Isaías 45:15).

Hay momentos en los que parece que Dios está oculto en tu vida.

Floyd McClung lo describe de esta manera: “Te despiertas una mañana y todos tus sentimientos espirituales se han ido. Oras, pero no pasa nada. Reprendes al diablo, pero no cambia nada. Pasas por ejercicios espirituales… tienes a tus amigos que oran por ti… confiesas todo pecado que te puedas imaginar y luego vas a pedir perdón a todos los que conoces. Eres rápido… sin embargo nada todavía. Comienzas a preguntarte cuánto tiempo durará esta oscuridad espiritual. ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses? ¿Alguna vez terminará?… Se siente como si tus oraciones simplemente rebotan en el techo. En total desesperación, tú gritas: “¿Qué me pasa?”.
¡La verdad es que no hay nada malo en ti! Esta es una parte normal de la prueba y crecimiento de tu amistad con Dios. Cada cristiano pasa a través de ella por lo menos una vez y por lo general varias veces. Es doloroso y desconcertante, pero es absolutamente vital para el desarrollo de tu fe.
Saber esto le dio esperanza a Job cuando no podía sentir la presencia de Dios en su vida. Él dijo: “Voy hacia el oriente, pero él no está allí; voy hacia el occidente, pero no puedo encontrarlo. No lo veo en el norte, porque está escondido; miro al sur, pero él está oculto. Sin embargo, él sabe a dónde yo voy” Job 23:8-10 (NTV).
Cuando Dios parece distante, puedes pensar que está enojado contigo o está disciplinándote por algún pecado. De hecho, el pecado nos desconecta de la comunión íntima con Dios. Lloramos al Espíritu de Dios y saciamos nuestra comunión con Él por desobediencia, conflicto con otros, ocupación, amistad con el mundo y otros pecados (ver Salmos 51, Efesios 4:29-30, 1 Tesalonicenses 5:19, Jeremías 2:32; 1 Corintios 8:12, Santiago 4:4).
Pero a menudo este sentimiento de abandono o alejamiento de Dios no tiene nada que ver con el pecado. Es una prueba de fe, una que todos debemos afrontar: ¿seguirás amando, confiando, obedeciendo y adorando a Dios, aun cuando no sientas Su presencia o una evidencia visible de Su trabajo en tu vida?
El error más común que cometen los cristianos hoy en día es buscar una experiencia en vez de buscar a Dios. Buscan un sentimiento y si sucede, concluyen que han adorado.
¡Incorrecto! De hecho, Dios frecuentemente elimina nuestros sentimientos para que no dependamos de ellos. Buscar un sentimiento, incluso el sentimiento de cercanía a Cristo no es adoración.
Reflexiona sobre esto:
  • ¿De qué manera la comprensión de estas verdades a cerca de la adoración cambia tu actitud a cerca del tiempo de la adoración en tu iglesia?
  • ¿Por qué crees que Dios prueba nuestra fe? ¿Qué quiere lograr en tu vida?
  • Si estás experimentando un tiempo en tu vida cuando no sientes la presencia de Dios, ¿cómo elegirás responder?

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