“Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo”. Efesios 4:24 (NTV)
Cuando Dios te ayuda a crecer espiritualmente, Él no hace sonar sus dedos para que suceda instantáneamente. Lo hace poco a poco. Cuando Dios quiere un champiñón, le toma seis horas, pero cuando quiere un roble, le toma sesenta años.
¿Quieres ser un champiñón o un roble?
El Espíritu Santo hará cambios en tu vida mucho más allá de lo que crees posible, pero no va a suceder de la noche a la mañana. Cuando la iglesia Saddleback hizo la “Década del Destino”, mi oración era que, a través del trabajo del Espíritu Santo, la Palabra de Dios y con la ayuda de los grupos pequeños, nuestra iglesia fuera más madura, más como Cristo, y fuera más allá del propósito por los siguientes diez años, a partir de ese momento. Mi oración es la misma para ti: que, en la próxima década, crezcas en madurez espiritual, semejanza a Cristo y propósito.
Quiero que seas más fuerte emocional, física, espiritual, psicológica y financieramente, pero tienes que tener la intención sobre ello. La Biblia dice, “Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo” Efesios 4:24 (NTV).
Así es como nos hacemos más como Jesús. Tiramos las viejas cosas y las viejas formas que evitan que conozcamos a Cristo y ser como Él, y nos ponemos nuestros nuevos seres con la ayuda del Espíritu Santo. Permitimos a Dios hacer su trabajo en nosotros —sin importar cuanto tarde.
“Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él” 2 Corintios 3:18 (TLA).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Por qué es importante tener metas?
- ¿Cuáles son tus metas para los próximos diez años de tu vida?
- ¿Cómo quieres que Dios trabaje en tu vida? Ora, y pídele que te ayude a confiar mientras Él trabaja a su tiempo para llenar su propósito en ti.
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