miércoles, 11 de marzo de 2020

Desarrolla los Hábitos que Producen Fe



“Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible”.  Hebreos 11:27 (NTV)
A veces no tengo ganas de ser amable con todos. No tengo ganas de servir a los demás. Quiero simplemente acostarme en el sofá y ver televisión. No quiero hacer una cosa más hoy. No quiero manejar otro problema. Pero solo porque no lo siento, no significa que no debería hacerlo.
Esto realmente te sorprenderá: a veces no tengo ganas de orar o leer mi Biblia. Pero lo hago. Descubrí que si el único momento en que oro es cuando tengo ganas, el diablo se asegura de que nunca tenga ganas. Si la única vez que leo mi Biblia es cuando tengo ganas, el diablo se asegura de que nunca tenga ganas. La madurez es cuando vives tu vida por tus compromisos, no por tus sentimientos.
La diferencia entre las personas exitosas y las personas que no tienen éxito, es que las personas exitosas están dispuestas a hacer lo que las personas fracasadas no tienen ganas de hacer. Desarrollan hábitos. Ellos se mantienen comprometidos. No llegas a los Juegos Olímpicos por simplemente querer. Llegas a los Juegos Olímpicos por horas y horas de entrenamiento que no te apetecían hacer. No te conviertes en un músico-maestro sin horas y horas de ensayo, que probablemente no tenías ganas de hacer todo el tiempo.
De la misma manera, no te conviertes en un hombre piadoso o una mujer piadosa simplemente haciendo lo que sientes. Los hombres y mujeres piadosos eligen desarrollar los hábitos que producen piedad en sus vidas. No es más fácil que entrenar, hacer dieta o ensayar, o cualquier otra cosa que pueda ser buena para ti, pero no tienes ganas de hacerlo.

¿Cómo se desarrolla este tipo de persistencia?
La clave es no mirar tu problema, sino al Señor. Probablemente el mejor ejemplo en la Biblia de la persistencia, es Moisés. Durante 40 años, lideró a un grupo de bebés llorando, riñendo y quejándose por el desierto; mientras cuestionaban su liderazgo todo el tiempo. Sin embargo, él nunca se dio por vencido.
Hebreos 11:27 dice: “Fue por la fe que Moisés salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible”. (NTV). Moisés “tenía los ojos puestos en el Invisible”. Mantuvo sus ojos en Dios.
Mantén tus ojos en Dios. Si te enfocas en tu problema, te sentirás angustiado y deprimido. Si te enfocas en Dios, estarás confiado.Reflexiona sobre esto:
  • ¿Qué es algo de lo que te diste por vencido porque era demasiado difícil o requería demasiado tiempo y trabajo?
  • ¿Por qué a veces es difícil hacer lo fácil en lugar de lo correcto?
  • ¿Cuáles son algunas formas prácticas en que puedes mantenerte enfocado en Dios?

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