“Humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad”. 2 Timoteo 2:25-26 (NVI)
Cuando enfrentas oposición a causa de tu fe, necesitas reconocer la fuente de esa oposición.
No son otras personas, no son tus compañeros de trabajo, no es un partido político, no es alguna otra nación o religión, no es un competidor. La presión que sientes para cavar o estar quieto o sentarte cuando deberías estar de pie —esa presión no está viniendo de otras personas, en realidad viene de Satanás.
En Apocalipsis 12:10 Satanás es llamado “el acusador de nuestros hermanos”. Su trabajo principal es hacerte caer.
Hay una guerra invisible llevándose a cabo a tu alrededor. Esta presión que te está deteniendo de hacer las cosas correctas no viene en realidad de otras personas. Las personas son simplemente armas. La mayoría del tiempo ni siquiera saben que están siendo usadas. El verdadero problema es la guerra espiritual.
Efesios 6:12 dice, “Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales” (NTV).
Satanás sabe que es tonto atacar a Jesucristo directamente, así que, en su lugar, el ataca a los que le siguen. Satanás usa los medios, la música, la cultura popular y cualquier cosa que pueda para ridiculizar a aquellos que siguen a Jesús. Él está detrás de las voces diciendo, “Esos cristianos son obsoletos. Están del lado equivocado de la historia. No saben de lo que están hablando. Son fanáticos”.
Esto es lo que la Biblia te dice que es lo que debes hacer: “Humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad” 2 Timoteo 2:25-26 (NVI).
Si no tienes al Espíritu Santo en tu vida, no tienes defensa en contra de Satanás. Satanás puede controlar tu ánimo. Satanás puede llevarte a la depresión. Satanás puede hacerte enojar.
Puedes creer que eres fuerte, pero no eres suficientemente fuerte para resistir los ataques de Satanás por tus propios medios. Lo que necesitas hacer es reconocer la fuente —Satanás, no la persona— y la amenaza de la oposición, como Jesús lo hizo.
¿Cómo trató Jesús a quienes se oponían a Él? Aún en la cruz Él dijo, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Las personas que te atacan no saben lo que están haciendo. ¿Las personas que critican a Jesús, a la iglesia y al cristianismo? No saben lo que están haciendo.
Necesitas orar, también, “Padre, perdónalos”, para que puedas mostrar amor aun cuando estás siendo atacado. Dios te llenará con su amor, y tendrás más energía para luchar contra el verdadero enemigo.
Reflexiona sobre esto:
- Si Satanás está detrás de las acciones incorrectas de las personas, ¿Por qué Dios los hace responsables de lo que hacen?
- ¿Cuál es el efecto en ti, físicamente, emocionalmente y espiritualmente cuando eres capaz de perdonar a tus enemigos?
- ¿Cuáles son tus áreas débiles que Satanás ataca más fácilmente? Pídele a Dios que te aumente la fe en esas áreas y te fortalezca para estar firme.
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