Cuando Gardel se presentó en Medellín, se hospedó en el hotel Europa.
Si supieras, que aún dentro de mi alma, conservo aquel cariño que tuve para ti / Quién sabe si supieras que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado, te acordarás de mí, cantó Carlos Gardel en una de las piezas insignia del tango, La Cumparsita, escrita por Gerardo Matos Rodríguez.
Es un tema que ya cumplió más de 100 años y es uno de los más interpretados del tango. Fue él, uno de quienes más contribuyó a popularizarlo. Marco Blandón, director de la Orquesta Típica la Reducida, recuerda que creciendo la música de Carlos parecía ser parte del paisaje sonoro de la ciudad. Lo escuchaba en las calles, caminando por ahí, como una presencia auditiva permanente, como parte de la ciudad.
Fue el último lugar donde se presentó. Tuvo tres conciertos en junio de 1935 en el Circo Teatro España y el 24 de junio de ese año su avión se estrelló con otro en el Campo de Aviación Las Playas. Medellín fue el lugar donde murió.
Melodías
En sus años de formación en el tango, Blandón no se aproximó a Gardel de entrada, prefería explorar otros autores, pero las composiciones y la voz del artista volvieron y fue poniéndole cuidado a sus letras y su forma de cantar, “fui dándole el valor que se merecía”.
Reconoce que lo que ha logrado Carlos Gardel es algo que viene de una especie de genialidad, de la que destaca principalmente sus melodías, esas que se quedan en la cabeza por un tiempo repitiéndose una y otra vez. “Son memorables, muy acordes con el texto y con la interpretación, con esa forma revolucionaria de cantar”, apunta.
Hoy 85 años después de la muerte del músico, “las nuevas generaciones conocen al menos uno de sus tangos y su imagen”, y cree que eso es algo digno de admirar.
Un enigma
El periodista y escritor Reinaldo Spitaletta, quien escribió el libro Las Plumas de Gardel y otras tanguerías en 2015, cuenta que al artista se le conocía en Colombia desde tiempo atrás, mucho antes de morir en estas tierras.
Gloria Franco, presidenta de la Asociación Gardeliana en Medellín, apunta que cuando él llegó y murió en esta ciudad, “eso acrecentó el gusto por el tango y por sus películas”, destaca, pero ya era un territorio tanguero.
Spitaletta, de hecho, no considera que el Valle de Aburrá sea gardeliano del todo, así haya grandes investigadores y conocedores del cantante. Cuenta que durante muchos años no se escuchaba casi nada del artista, ni siquiera en la radio. “Fue a partir del festival de Leonardo Nieto que Gardel se volvió una figura muy importante aquí”.
Sin embargo, para el coordinador de la Casa Gardeliana, Mario Patiño Henao, “Gardel es el alma del tango en Medellín”, destaca. “Es ese personaje que nos ha inspirado a todos en el tango, todos los apasionados por el género han tenido que ver con él”.
Destaca que fue el Zorzal criollo quien en 1917 hizo historia al cantar el primer tango-canción, le dio voz a la letra a un tango. “Eso no existía. Él, con la influencia de la ópera italiana, canzonetta napolitana y la zarzuela, hizo una mezcla y se convierte en una cosa única”, añade Spitaletta.
Un homenaje
Esta noche, la Orquesta Típica La Reducida le rendirá homenaje al músico con el concierto Volvió una noche. Interpretarán repertorio escrito y grabado por el artista. Podrá verlo en Telemedellín a partir de las 8:00 p.m. como parte de la edición 14 del Festival Internacional de Tango de Medellín.
Permita que la voz y las melodías lo lleven esta noche a través de un viaje tanguero. Siéntase como si estuviera en el Patio del Tango o en el Salón Málaga, será a través de la pantalla por ahora, hasta que el tango pueda regresar a sus templos medellinenses.
Cuatro canciones para recordarlo en este aniversario:
Sus Ojos se Cerraron - Carlos Gardel y Alfredo Le Pera
Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando
Su boca que era mía ya no me besa más
Se apagaron los ecos de su reír sonoro
Y es cruel este silencio que me hace tanto mal
Fue mía la piadosa dulzura de sus manos
Que dieron a mis penas caricias de bondad
Y ahora que la evoco hundido en mi quebranto
Las lágrimas tensadas se niegan a brotar
Y no tengo el consuelo de poder llorar.
Mario Patiño Henao, coordinador de la Casa Gardeliana, recomienda:
“Gardel era un personaje tremendo, era cantor, autor, músico y actor. En una de las escenas de El Día Que Me Quieras, su personaje se despide de su esposa, quien estaba agonizando y muere. Sale de la habitación y empieza a cantar Sus Ojos se Cerraron, con un sentimiento. Me llegó al corazón y vi que no fue solamente a mí, sentí que a quienes veían la película conmigo también les transmitió ese dolor y esa pérdida”.
Cuesta abajo - Carlos Gardel y Alfredo Le Pera
Era para mí la vida entera,
como un sol de primavera,
mi esperanza y mi pasión
Sabía que en el mundo no cabía
toda la humilde alegría
de mi pobre corazón
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar.
Marco Blandón, director de la Orquesta Típica la Reducida, sugiere:
“Esa letra tiene una mezcla de lo visceral y del autocastigo, luego retoma un aroma mucho más emocional, más colorido, cuando pasa al coro. Es un coro que da ganas de cantar con las 10 o 20 personas que estén por ahí”.
Soledad - Carlos Gardel y Alfredo Le Pera
En la doliente sombra de mi cuarto, al esperar
Sus pasos que quizás no volverán,
A veces me parece que ellos detienen su andar
Sin atreverse luego a entrar
Pero no hay nadie y ella no viene,
Es un fantasma que crea mi ilusión
Y que al desvanecerse va dejando su visión,
Cenizas en mi corazón.
Gloria Franco, Presidenta de la Asociación Gardeliana de Medellín, aconseja:
“En el tango la letra tiene un ingrediente muy importante. Es una interpretación enorme y hermosa, el cantor revive el sentimiento de quien lo está oyendo, le hace sentir al oyente lo que quiere decir. Lo que dice el tango es quizá lo más importante. Es muy interesante para mí, me llena. Nunca se puede decir por qué a uno le gusta un tango, pero el 99 por ciento de las veces refleja lo que a uno le pasó”.
Siga el corso - Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez
Cruza del palco hasta el coche
Serpentina nerviosa y fina
Como un pintoresco broche sobre la noche de carnaval
Decíme quién sos vos, decíme dónde vas
Alegra pajarita que me gritas al pasar:
“¿Qué hacés? ¿Me conocés?
Adiós, adios, adiós
Yo soy la misteriosa mujercita de tu afán”.
La elección de Reinaldo Spitaletta, autor del libro Las plumas de Gardel y otras tanguerías:
“Era actor y un gran intérprete. Él grabó Siga el corso un par de veces, pero a mí me llama la atención una grabación en la que hizo una cosa impresionante, muy teatral. Fue una lección no solo de vocalización, que lo hace muy bien. En ese tango se ve que era muy buen intérprete, como si fuera de teatro”.
Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.
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