“Algunos ya han dejado de confiar en Dios”. 1 Timoteo 6:21a (TLA)
Hay 35 centímetros entre tu cabeza y tu corazón. Desafortunadamente algunas personas se pierden el cielo por esos 35 centímetros. Conocen a Dios con su mente, pero no con sus corazones. Intelectualmente creen en el evangelio, pero nunca permiten que cambie sus corazones.
Yo fui a la escuela hace mucho tiempo, unos 24 años atrás para obtener mi maestría y doctorado. Honestamente, he olvidado mucho de lo que aprendí durante ese tiempo.
Pero nunca he olvidado la verdad más importante que he aprendido. Fuimos creados por Dios. Fuimos creados para Dios. Hasta que comprendamos eso, la vida nunca tendrá sentido.
No fuiste creado para tu propio beneficio.
La Biblia dice, “Algunos ya han dejado de confiar en Dios” 1 Timoteo 6:21a (TLA).
Puedes conocer varias teorías. Puedes conocer la teoría del caos. Puedes saber física cuántica. Pero si no conoces a Dios, te has perdido el propósito de tu vida.
Puedes conocer varias teorías. Puedes conocer la teoría del caos. Puedes saber física cuántica. Pero si no conoces a Dios, te has perdido el propósito de tu vida.
Al final de tu vida, Dios te hará una prueba final. Aquí están las buenas noticias. Será un examen a libro abierto. Todas las respuestas están en la Biblia.
En ese examen Dios no te preguntará si obtuviste todas tus calificaciones “excelentes”. No le importará que tan bien te fue en tu carrera. No te pedirá ver un reporte de tus cuentas bancarias.
En vez de eso, Él te preguntará esto: ¿Llegaste a conocerme? ¿Desarrollaste una relación conmigo? ¿Desarrollaste una relación con mi Hijo a quien envíe a la tierra a morir en una cruz por ti?
Reflexiona sobre esto:
- ¿Por qué es tan difícil pasar de lo que sabemos de Dios a confiar en Él?
- ¿Por qué piensas que mucha gente pospone comenzar una relación con Dios?
- Si Dios te preguntara hoy “¿Conoces a mi Hijo?” ¿Qué responderías?
¿Quieres conocer a Jesús hoy?
Haz esta oración,
“Dios mío, tengo miedo, pero quiero conocerte. No lo entiendo todo, pero te agradezco que me ames. Te agradezco que estuvieras conmigo, incluso cuando no lo reconocí. Te agradezco que estés para mí, que no enviaste a Jesús para condenarme sino para salvarme.
Admito que nunca me di cuenta de que necesitaba un Salvador, pero hoy quiero recibir el regalo de tu Hijo. Te pido que me salves de mi pasado, remordimientos, errores, pecados, hábitos, heridas y complejos. Necesito que me quites el estrés y llenes mi vida de tu amor. Necesito estar en paz contigo, y necesito que pongas tu paz en mi corazón.
Te pido que me salves para tu propósito. Quiero saber para qué me pusiste en esta tierra. Y quiero cumplir lo que tú quieres que yo haga. Quiero aprender a amarte, a confiar en ti y a tener una relación contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
Si hiciste esta oración, escríbeme a esperanza@PastorRick.com Me encantaría enviarte algunos materiales para comenzar tu viaje con Jesús.
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