El 96% de las salas de cine de España se asoma a la quiebra
Los exhibidores se sienten traicionados por las multinacionales de Hollywood y por Telecinco Cinema, que han retrasado sus estrenos. Además, denuncian que el Ministerio de Cultura se ha olvidado de ellos
Cuando en la pasada Mostra de Venecia, Almodóvar se confesaba incapaz de imaginar un mundo sin cines, su frase sonó entonces a lamento de melancólico cinéfilo. Pura propaganda. Pocos imaginaban que, con los festivales ya en marcha y la temporada de premios a punto de la cíclica tamborrada mediática, el peor de los augurios del director de 'La voz humana' (ésa es la película que presentaba y que se estrenara en breve) estaba a punto de hacerse realidad. Era pronóstico. Con la excepción de Francia, que subsiste con sus propias producciones y la ayuda generosa del Estado, el resto del planeta ve cómo las salas se vacían y los negocios se imaginan ya para final de año en situación muy cerca de la quiebra.
En Alemania, Italia y Francia, las recaudaciones con respecto al año anterior rondan una bajada del 60%. En España llega ya al 68%. Influye lógicamente el confinamiento, pero lo que más se acusa es la desaparición de cartelera de las producciones llamadas a atraer al público. Con la retirada del calendario de la última entrega de Bond y de la esperada adaptación de 'Dune', sólo 'Wonder Woman 1984' se mantiene en pie... pero en Navidad. Cineworld, la segunda mayor cadena en Estados Unidos, ya ha anunciado que cerrará sus 536 salas. Y AMC, la primera cadena mundial, ha anunciado, según 'The Economist', que en enero podría quedarse sin fondos cuando a fecha de hoy su deuda multiplica por seis los ingresos brutos de 2019.
En España, las cifras que ofrece la Federación de Cines de España (FECE) no le van a la zaga. Todas preocupan. La asociación estima que cuando termine el año, el 96% de las empresas del sector podría tener problemas de solvencia. El cálculo no hace más que imaginar las consecuencias de lo más parecido a una tormenta perfecta. Justo cuando el sector había empezado a invertir en sí mismo (100 millones de euros en nuevos complejos e instalaciones) al calor de una afluencia creciente del público a las salas... el mazazo. Téngase en cuenta que en 2019 se registró una cifra histórica de recaudación de 624 millones, el mejor resultado en los últimos diez años y que supuso un crecimiento del 37% con respecto al peor momento en 2013. Se concluía la temporada con 153 salas nuevas. Pues bien, de la cima a la sima: el sector se enfrenta ahora a una pérdida de rentabilidad de hasta 171,6 millones de euros en 2020. Si el nivel de demanda y las medidas de restricción continuaran, el impacto en 2021 podría ascender a 216,8 millones.
SIN MIEDO AL COVID
En realidad, en España se ha vivido en los últimos años un proceso no muy lejano al del resto del planeta. Ante el acoso de las plataformas, los cines y hasta las grandes productoras han buscado alicientes para el espectador a golpe de talonario. Y funcionó. "Lo curioso de lo que estamos viviendo es que el miedo del público por culpa del COVID apenas juega un papel. O no un papel determinante. Si hay películas, se acude al cine", reflexiona Borja de Benito desde FECE. "Lógicamente, no se gana lo mismo. Pero las cifras de la secuela de 'Padre no hay más que uno' son similares a las de la primera entrega y 'Tenet' anda cerca de 'Dunkerque', la cinta anterior de Christopher Nolan. Todos tendríamos que aceptar que, asumiendo pérdidas, éstas no recaigan sólo en los cines".
Mercedes Gamero, directora general de Atresmedia, se manifiesta en el mismo sentido. "Si la vida en pandemia ha quedado reducida a un tercio de aforo, todos deberíamos asumir que vamos a perder un tercio. Nosotros no movemos los estrenos ni detenemos las producciones. Y no es tanto altruismo como sentido común: no es justo para los cines y, además, no se puede competir con las 12 películas que habrá en 16 meses a partir de 2021", razona Gamero. En efecto, tanto 'El verano que vivimos', anunciada para el 6 noviembre, y 'Mamá o papá', para el 4 de diciembre, se mantienen en su sitio.
"El problema es que si a lo que han hecho las 'majors' sumas la jugada de Telecinco Cinema y otros de retirar sus estrenos gordos, nos quedamos sin recursos", sigue De Benito. "Nuestro modelo no ha cambiado: elegir el mejor momento posible para llevar a cabo la mayor campaña de promoción que nos ayude a llenar las salas", replican fuentes de la productora de Mediaset. Y siguen para exorcizar críticas: "Hemos recibido ofertas de plataformas para estrenar nuestras películas en primera ventana y les hemos dado un 'no' rotundo. Queremos seguir yendo a la gran pantalla". Lo cierto es que 'Operación Camarón', Way down' y 'Malnazidos', que son suyas, se han ido las tres a 2021. Y con ellas, 'Hasta el cielo' y 'Bajocero'. Es decir, todas huyen. ¿Dónde quedaron los aplausos a Segura cuando, en contra de su propia distribuidora, insistió en adelantar su estreno?
EL MINISTERIO EN LA DIANA
Las críticas llegan hasta el propio Ministerio de Cultura. A un lado el hecho de que sus ayudas de 13 millones a la exhibición no tienen nada que ver con los 84 millones librados por el Gobierno francés, se le recrimina que haya ampliado hasta enero la exoneración de pasar por una sala de cine (basta una plataforma) a toda película que haya recibido una subvención. La medida fue demandada por los productores en pleno confinamiento. La ley obliga a un desembolso del 15% en marketing y promoción que de este modo se ahorra. ¿Pero tiene sentido mantener esta iniciativa cuando los cines está abiertos y con salas libres? ¿No es esto un modo de desincentivar aún más la visita a los cines?
"Siempre que hay un riesgo, hay una oportunidad", continúa Gamero. "Quizá ahora es el momento para otro tipo de cine puesto que tiene más opción de mantenerse más tiempo en cartelera", apunta. Suya es la iniciativa (que se ha encaramado al número 1 de taquilla) de llevar al cine el documental televisivo de Jordi Évole o la serie 'Veneno'. "Ha funcionado para nosotros y para los cines", concluye.
El resultado deja pocas opciones al entusiasmo. O directamente ninguna. La FECE calcula una caída de ingresos si todo sigue así (nada indica que vaya a cambiar) del 55,4% para 2020 y del 70% para 2021. Eso sin contar otra pérdida de capital: ir al cine es un hábito que, cuanto más dure la crisis, corre el riesgo de ser cada vez menos habitual. Y ahí pierden y perdemos todos. Incluso las primeras beneficiadas teóricamente que son las plataformas. Almodóvar no se podía imaginar un futuro sin cines y, a lo mejor, le va a bastar con salir a la calle a la vuelta del año.
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