sábado, 30 de enero de 2021

La religión ya no significa nada para casi la mitad de los jóvenes españoles



 Inma Álvarez - publicado el 26/01/21

España se encuentra inmersa en una cuarta ola secularizadora, advierte el sociólogo Juan González-Anleo

España se haya inmersa en una cuarta ola de secularización, que relegará a los católicos, practicantes y poco practicantes, a una minoría. Lo sostiene el sociólogo español Juan María González-Anleo, uno de los autores del informe Jóvenes españoles. Ser joven en tiempos de pandemia.

Este macro estudio, realizado cada cuatro años desde 1984 por la Fundación SMes considerado como la más completa radiografía sobre la juventud española. Analiza la evolución de la opinión, tendencias e intereses de jóvenes entre 15 y 29 años, desde una perspectiva integral.

González-Anleo es doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, y experto en Juventud y Sociedad por la UNED. Es el encargado de la parte primera del estudio, relativa a la evolución de las creencias de los jóvenes, y entre ellas, la espiritualidad y la religión.

Y en su opinión, el presente estudio confirma una afirmación que él mismo defendía en la edición anterior del informe, publicada en 2017: España se haya inmersa en una nueva ola secularizadora, con claras consecuencias para el tejido católico español en los próximos años.

Cuarta ola

«Según los datos de nuestro informe la religión viene perdiendo terreno desde que se iniciaron, en el año 1984, pero ha habido momentos de aceleración especialmente fuertes de este fenómeno, especialmente entre 1999 y 2005, con un auténtico «salto mortal», una pérdida de 18% de católicos solamente en cinco años», explica el sociólogo, en entrevista concedida a Aleteia.

Nos hallaríamos ante una cuarta ola, que seguiría a otras tres, definidas por Alfonso Pérez Agote, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, en su obra Cambio religioso en España: los avatares de la secularización (Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 2012). 

La primera ola coincidiría con el principio de siglo y hasta los años 30, con el anticlericalismo que acabó explotando violentamente en la Guerra Civil española. La segunda ola tendría lugar en los años 60, con la llegada del bienestar económico. La tercera habría tenido lugar entre 1999 y 2005 en la que los católicos (de los más practicantes a los menos) se reducirían bruscamente en un 18%. Esta tercera ola se habría caracterizado por haberse producido una «expulsión» del cristianismo de las raíces culturales de España.

Nuevo hundimiento

Ya en el informe sobre juventud española de 2017, el propio González-Anleo vaticinaba que se estaba produciendo un nuevo hundimiento de las cifras de católicos en España, con un descenso brusco (de un 13%). Ahora, con los datos del nuevo informe en la mano, el sociólogo confirma su predicción: En los últimos cuatro años, el descenso ha sido de un 10% más. Y esta cuarta ola, predice, va a ser «igual o más fuerte» que la tercera.

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observatoriodelajuventud.org
Juan González-Anleo y Jose Antonio López-Ruiz, en la presentación del informe sobre la juventud 1984-2017 de la Fundación SM, recopilatorio de más de 30 años de investigaciones

De los datos del informe 2016-2020 que acaba de salir a la luz, hay una serie de conclusiones que arrojan aún más luz sobre lo que está sucediendo con los jóvenes españoles:

  1. Para casi el 50 % de los jóvenes españoles, la religión no tiene ninguna importancia en sus vidas. Los jóvenes para quienes la religión es muy importante han pasado del 8,3 % al 5,9% en apenas cuatro años. El porcentaje de ateos aumenta algo, pero no en tanta proporción.
  2. Por primera vez en España, los jóvenes católicos muy practicantes son más hombres que mujeres. Un dato sin precedentes, pues hasta ahora las mujeres adelantaban a los hombres en cuanto a práctica religiosa
  3. Y también por primera vez, empiezan a arraigarse creencias espirituales extrañas al pensamiento cristiano, como el karma, la magia o las energías curativas, que hasta ahora no habían tenido mucha penetración entre los jóvenes, incluso entre los que se profesan católicos. Quizás porque la cultura de raíces cristianas servía de protección… hasta que la tercera ola la barrió hace diez años.

Nuevas creencias no cristianas

«En el nuevo Informe hemos decidido incluir, junto con religión, el tema de la espiritualidad y parece que la tesis de los «vasos comunicantes» se cumple: a medida que baja la religión como importancia en la vida, aumenta, y mucho, otro tipo de creencias y su repercusión en la vida del joven», nos explica González-Anleo.

«Este tipo de creencias, de las que se lleva hablando desde hace mucho ya como nuevas espiritualidades, contaba con un muro de contención que era la cultura cristiana aún imperante. Al caer esta, la entrada de nuevas espiritualidades se hace incontestable…»

A nuestra pregunta sobre qué panorama se dibuja para el futuro de la Iglesia en España, González-Anleo afirma:

«Los datos del presente informe no pueden ser más claros: aquella pérdida de un 13% de católicos no puede ya ser interpretada como la cola de arrastre de la tercera ola de secularización sino, como el comienzo de una nueva, tan fuerte o más que la anterior, habiendo descendido en solamente cuatro años el número total de jóvenes católicos, incluidos, insistimos, los no practicantes o nominales, de un 40,4 a un 31,6%, casi un 10%, lo cual, en contraste con los datos de diez años antes, en 2010, sumaría un 22%. En solamente 10 años, por lo tanto, los jóvenes católicos se han reducido más de un 20%, pasando de ser aproximadamente la mitad de los jóvenes españoles a no alcanzar ya siquiera ser un tercio de ellos».

Menos Dios Padre, más karma

Seguimos con nuestra entrevista:

– Que la religión sea poco importante para los jóvenes, ¿significa que ya no creen en nada? ¿Otras creencias reemplazan a la religión? ¿En qué medida?

La única creencia de la que tenemos datos de anteriores informes que cae, “Dios como padre bondadoso que nos cuida y nos ama”, es la más aferrada a la cosmovisión cristiana, la forma más evangélica de concebir a Dios. Las otras dos, en especial la “vida después de la muerte”, ya es terreno común tanto de numerosas religiones como de múltiples sistemas espirituales y, como puede observarse, junto con la “reencarnación”, ambas aumentan por encima cualquier otro resultado arrojado por la serie histórica.

El resto de creencias, para las que no disponemos de serie histórica, tiene una penetración muy desigual, pero, en general, bastante alta en el panorama espiritual de la juventud española.

La más aceptada, con un 68% de jóvenes, es el “karma (ley cósmica de retribución)”, una fórmula de reinsertar la “justicia divina” dentro de las coordinadas del “más acá” y de subjetivarla, ya sea de Dios o cualquier otra divinidad que “juzgue” a los seres humanos y les abra o cierre su entrada en el cielo o en el infierno, creencias éstas ya muy erosionadas en el último informe en el que se plantearon.

El resto de creencias, aunque muy por debajo del 68% del karma, rondan todas aproximadamente la cuarta parte de los jóvenes: las “artes mágicas (brujería, chamanismo, personas con poderes especiales)”, con un 27,9%, la “predicción del futuro (leer las manos, los tarots, horóscopos, astrología, etc.)”, con un 26,2 y, por último, las “energías curativas (reiki, cristaloterapia, piedras energéticas, etc.), con un 23,8%.

¿Influirá la pandemia?

– Los jóvenes españoles valoran muchísimo la familia. También la educación. En un país donde ambas realidades atraviesan momentos difíciles (alto nivel de divorcios, nupcialidad a la baja, y los informes de PISA certificando que en educación no vamos muy bien), ¿podrían los jóvenes ayudar a un cambio de tendencia?

Que los jóvenes valoren mucho la familia nada tiene que ver con que demanden un retorno a la familia tradicional y no creo que eso se produzca en el futuro. Cuando se habla de «crisis de la familia» se está hablando de una crisis de la familia tradicional, no de la familia, que ya a partir de los 90 se ha convertido en la columna vital más importante tanto de los jóvenes como del resto de edades.

– ¿Ha influido la pandemia en las creencias de los jóvenes, en general? ¿Y en cuanto a la religión, o la tendencia secularizadora no tiene conexión con la situación del último año?

Es muy pronto para poder afirmar algo a este respecto… en general para poder afirmar nada sobre los efectos a largo plazo de la pandemia.

– Usted en el informe habla del poco calado que la Laudato Si ha tenido entre los jóvenes. ¿A qué cree que se debe?

Identificación política

Esto es muy sencillo de explicar: el papa actual, así como por supuesto sus textos, representan a un «ala de izquierdas» de la Iglesia, mientras que la Iglesia en España, por lo menos en relación con los más jóvenes, se está convirtiendo en un símbolo (al igual que la bandera, la monarquía, los toros, etc.) de la extrema derecha.

Esto queda perfectamente reflejado en nuestros datos: al cruzar la variable religiosidad con autoidentificación política, los más cercanos a posiciones de extrema derecha las tienen los católicos practicantes, recorriendo todo el espectro político a partir de ahí hasta los más cercanos a la izquierda, los agnósticos y ateos. En realidad, esto responde perfectamente a la deriva tomada por la propia Iglesia en nuestro país. Nada sorprendente, por lo tanto.

– Otra cosa que sorprende de los resultados es que en general, los jóvenes se ven a sí mismos con una connotación bastante negativa (consumistas, egoístas, etc.). ¿A qué cree que se debe?

Sobre esto no tengo una opinión demasiado sólida. Los jóvenes desde hace ya bastantes décadas no tienen una visión muy halagüeña de su generación, pero ahí hay que preguntarnos dos cuestiones:

Primero: ¿siguen teniendo los jóvenes una imagen de ellos mismos creada por los adultos? Yo creo que no. Ya no usan sus canales, beben fundamentalmente de youtubers y medios creados por jóvenes y para jóvenes.

Pero aquí llega la segunda cuestión: ¿cuando se les pregunta cómo ven a su generación, están hablando de ellos mismos o de “los otros”? La cuestión de identidad generacional» es aquí central: no creo que haya un «nosotros, los jóvenes» por lo que en esta pregunta estarían respondiendo más bien a como son los demás jóvenes…

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