Cuesta poco ser feliz

 

Cuesta poco ser feliz

La felicidad es algo que ya tenemos innato en nosotros y nada tiene que ver con adquisiciones o reconocimiento. Es la sintonía en la que nos sentimos dichosos por saber apreciar la belleza de la vida. Vemos la grandeza en los detalles y la simplicidad de ser felices vibrando en la frecuencia del amor. 

Cuesta tan poco ser feliz... 

Y nos cuesta tanto deshacernos de las cosas mundanas: preocupaciones, posesiones, riquezas materiales, apegos... y en general, al mundo exterior que nos distrae de creer que la felicidad es algo que se ha de buscar afuera. 

En la plenitud de la vida nos sentimos dichosos en el amor, la sonrisa, la libertad de nuestro espíritu y en todo lo bello que nos rodea y que Dios nos regaló... Es el Universo en la plenitud de todas sus formas.

El contacto con la Naturaleza en la inmensidad de su grandeza; como la bendición de la lluvia y la energía vital del sol. La luz divina de la luna y la compañía de las estrellas. La inmensidad del mar y la infinitud del cielo. El nacimiento de un nuevo día y el espíritu agradecido que trae la calma del anochecer, donde la luna y el sol están representados como dos amantes míticos, en el cual el amor procrea el día y juntos representan la perfección, el matrimonio sagrado entre el cielo y la tierra, dando vida a animales, árboles y plantas que florecen en el reino de nuestro mayor tesoro.

Vive momentos inolvidables donde cada detalle sea siempre un motivo de hacerlo formidable; el sonido de la lluvia y el encuentro del calor en un día de frío. La caricia de la suave brisa y el viento que sacude las hojas de los árboles. El canto de los pájaros y el silencio de la noche... invitándote a sentir la conexión con tu alma, desarrollando el instinto consciente de que todo es unión en la magnífica creación de Dios.  

Respira... Inhala... Exhala...  

Conecta con la fuente inagotable de la continua provisión de que nada te falta. Si te olvidaste, vuelve a recordarte que ser feliz es un hábito adquirido del alma, que conecta con la naturaleza que armoniza tu ser.

Déjate llevar por la misma inocencia con la que los niños miran y saborean la vida. 

Vive en el espíritu de la gratitud, llevando el amor como hábito primordial de júbilo en la vida. 

Haz consciente el momento presente. 

Con amor... Irene Cruz Santaolalla.

Gracias y bendiciones.