El ombligo es la huella que el cordón umbilical dejó el día de nuestro nacimiento. A pesar de que no nos es útil para nada, se rodea de algunas curiosidades, como que es capaz de albergar más de 2.000 especies diferentes de bacterias o que también puede someterse a una cirugía estética.
Si hay algo que, tengamos la edad que tengamos, nos recuerda que alguna vez permanecimos durante 9 meses en el vientre de nuestra madre, ese es el ombligo. Es el recuerdo que dejó nuestro nacimiento, la primera cicatriz enmarcada para siempre en nuestro cuerpo. Los hay de muchas formas: ovalados, más redondos, hundidos, hacia fuera… El origen de todos ellos es el mismo: se trata de la huella que dejó el cordón umbilical por el que, siendo fetos, nos alimentábamos y recibíamos el oxígeno necesario.
Sin embargo, una vez que este conducto que da vida al futuro bebé se corta, su marca de poco o nada nos sirve. Más allá de usarse como punto de referencia para algunas pruebas médicas, el ombligo no tiene utilidad alguna. Eso sí, siempre quedan algunas curiosidades sobre esta zona del cuerpo que desde CuídatePlus tratamos de resolver.
¿De dónde salen las pelusas?
Esta pequeña cavidad redonda es, algunas veces, el refugio de las llamadas pelusillas. Pero, ¿por qué aparecen? Un estudio de 2009 dirigido por el investigador Jorge Stenhauser concluía que el responsable de la acumulación de estas bolitas es el vello abdominal, que recoge las fibras de la ropa de algodón y las dirige hacia el ombligo. En esta zona, las fibras se amontonan y forman algo parecido al fieltro.
Además de las fibras de la ropa, las pelusas también contenían otros elementos como polvo o grasa corporal. La investigación también revelaba que las prendas de algodón viejas producen menos bolitas que las nuevas, así como que afeitarse el vello abdominal hacía, lógicamente, que no se acumulara la pelusa en esta zona.
Hernia umbilical, una de las principales causas de dolor en el ombligo
El ombligo también duele. En realidad, la molestia en esta zona puede deberse a diferentes razones, como el estreñimiento, la apendicitis o el síndrome del intestino irritable. Por su parte, la hernia umbilical es una de las principales causas de este síntoma. “Pertenece a las denominadas hernias ventrales primarias de la pared abdominal y es cuando parte del contenido de la cavidad abdominal sale a través de ese orificio en el ombligo”, explica Manuel López Cano, coordinador de la sección de Pared Abdominal de la Asociación Española de Cirujanos.
El especialista subraya que se desconoce el motivo de esta protuberancia, aunque se ha relacionado con la falta del cierre del orificio del cordón umbilical en bebés. Otras posibles causas pueden estar asociadas con el embarazo, la obesidad o con la presencia de líquido en la cavidad abdominal por diferentes razones.
En el caso de los bebés, las hernias umbilicales “pueden llegar a desaparecer espontáneamente (se cierra el orificio) en los primeros años de vida. En los adultos, es posible que se requiera de una intervención quirúrgica”, indica López.
Umbilicoplastia, operación estética en el ombligo
El ombligo también puede operarse por razones estéticas. En concreto, la intervención quirúrgica se denomina umbilicoplastia y “consiste en mejorar el tamaño, la forma o la posición del ombligo”, afirma Ismael González González, cirujano plástico de Clínica FEMM. Aunque la operación no solo se lleva a cabo porque a la persona no le agrade el aspecto de su ombligo, sino que también puede deberse a un motivo reparador, es decir, que el paciente presente una alteración congénita, traumática o una secuela de una cirugía previa.
De esta forma, el especialista aclara que la duración del procedimiento quirúrgico dependerá del objetivo que se persiga, oscilando entre los 45 minutos (si se busca una modificación menor del aspecto de esta parte del cuerpo), hasta 1 hora y media (en caso de que se pretenda recrear un nuevo ombligo y corregir, además, una posible hernia inguinal).
“La mayoría de las veces que se realiza este proceso es dentro de la cirugía de abdominoplastia, ya que al aplanar completamente el vientre se mejora y estiliza también la forma del ombligo”, expresa González.
Respecto al postoperatorio, el cirujano plástico manifiesta que basta con mantener la herida limpia y seca durante 15 días hasta quitar los puntos.
¿Por qué hay personas que tienen el ombligo hacia fuera?
Hay dos razones principales por las que hay personas con el ombligo abombado hacia fuera. Según González, una de ellas es congénita, es decir, simplemente es la forma de nacimiento, que presenta una protrusión hacia el exterior.
El segundo motivo es que haya “una pequeña hernia umbilical que genera ese abombamiento, en cuyo caso estaría indicado, no solo corregir la forma del ombligo, sino también la hernia”, declara el experto.
El ombligo, cobijo de bacterias
El ombligo también es hogar de bacterias. En concreto, de 2.368 especies, de acuerdo con un estudio en el que participaron 7 universidades de Estados Unidos. Para el trabajo, se analizaron un total de 60 ombligos.
De forma más detallada, la investigación revela que, en realidad, la gran mayoría de estas especies de bacterias se encontraron en muy pocas personas. En este sentido, de las 2.368, 2.188 estaban presentes en menos del 10% de las muestras. Por otra parte, se encontraron solo 8 tipos de bacterias en más del 70% de los individuos.
¿De qué depende que el ombligo sea de una forma u otra?
La forma y posición del ombligo depende fundamentalmente de la manera en la que se cierra la pared abdominal durante las dos semanas siguientes al nacimiento. “Por otro lado, también hay factores que influyen a lo largo de la vida, como las alteraciones de la pared abdominal (hernias), los accidentes que deformen el abdomen o las secuelas de cirugías previas”, añade González.
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