El experto abrió su caja de secretos y reveló algunos simples consejos que las personas pueden aplicar para mejorar su esperanza de vida
El Doctor Howard Tucker, más conocido comó el médico en ejercicio más longevo del mundo, recientemente ha soplado la velita número 100 en su cumpleaños y ha demostrado a la ciencia que es posible vivir mucho y bien.
Para 1922, año de su nacimiento, la esperanza de vida de un adulto promedio era de 58 años y de 61 en el caso de las mujeres.
Hoy, más de 100 años más tarde, el neurólogo ha abierto su caja de secretos para compartir al mundo algunos simples consejos que puedan ayudar a las personas a vivir más y mejor -aunque reconoce el inevitable aporte de los genes y “un poco de suerte”-.
1. Retrasar la jubilación Incluso a su avanzada edad y con más de 75 años de servicio, el doctor Tucker sigue ejerciendo su profesión de la manera que sea. Durante la pandemia atendió a pacientes durante cinco o seis días por semana y, más tarde, comenzó a enseñar a los jóvenes residentes del hospital tres veces por semana.
Recientemente, el centro médico cerró sus puertas, por lo que -de momento- se encuentra haciendo revisiones médicas legales hasta tanto consiga otro trabajo.
Su esposa Sara, de 89 años, también sigue ejerciendo la psicología y la psiquiatría, tras más de 65 años de ello.
Inclusive, cuando el matrimonio no está trabajando, procura pasar tiempo con sus hijos y nietos o viendo deportes.
Esto, aunque pueda parecer un gran desafío para muchos, es más sencillo de lo que parece y clave para una mejor vida. La inactividad en el día a día lleva a una mayor predisposición a padecer un declive cognitivo mayor y más rápido.
Incluso si no es trabajo, estar ocupado la mayor parte del día -de la forma que sea- es de gran ayuda para mantener el cerebro y el cuerpo funcionando correctamente.
2. Mantenerse en buen estado físico
Si bien el doctor Tucker explica que haber practicado natación, atletismo y esquí durante su vida adulta le permitió entrar en sus ochentas en un mejor estado físico, reconoce que ya no le es posible realizar ese tipo de prácticas dada su avanzada edad ni con la misma frecuencia.
No obstante, ello no le fue un impedimento para dejar de moverse. En su lugar, ha optado por ejercicios de menor impacto e intensidad, que pueda realizar en un ambiente cómodo y controlado y le permitan estar activo.
En su caso, optó por caminar casi 5 kilómetros en la caminadora, a un paso moderado, prácticamente a diario. Para motivarse y mantenerse entretenido, recomienda poner música o alguna película de fondo -como las clásicas que son sus preferidas-.
Este simple hábito favorece considerablemente a una mayor esperanza de vida; estudios han demostrado que hasta una caminata diaria de 15 minutos al aire libre puede disminuir en un 25% el riesgo de muerte prematura.
3. No fumar
Durante su paso por la secundaria -allá por 1930- el doctor Tucker recuerda haberle dicho a su padre que quería comenzar a fumar. Fue entonces que éste lo miró y le dio el permiso para hacerlo pero le preguntó algo que cambió su pensamiento: “¿Por qué alguien querría meter en sus pulmones cualquier cosa que no sea aire puro, cuando la vida de por sí ya es muy corta?”
El joven Tucker enseguida abandonó la divertida idea de fumar tabaco y nunca más pudo amigarse con ella. Incluso, recuerda asistir a congresos en los que colegas con cigarrillos en sus manos recomendaban a sus pacientes fuman porque “les sacaría el apetito y calmaría sus nervios”.
Hoy en día, la ciencia ha avanzado mucho en este campo y no caben dudas de que el consumo de cigarrillo provoca cáncer, accidentes cerebrovasculares, arteriopatía periférica, arteriopatía coronaria y otras enfermedades pulmonares y cardiovasculares.
4. No restringirse
Ningún extremo es positivo. Entonces, ni es bueno suprimir los gustos ni tampoco dárselos constantemente. La moderación “nos ayuda a vivir la vida al máximo y nos previene de excedernos y comprometer nuestra salud a largo plazo”, explicó el Doctor.
Es por ello que, en su caso, bebe alcohol y come un filete de carne vacuna ocasionalmente, pero no todos los días. Para su alimentación diaria agradece la ayuda de su esposa Sara, quien es una excelente chef y lo ha ayudado a mantener una dieta sana y variada, que incluye ensalada en cada comida y muchas verduras verdes como brócoli y repollitos de bruselas.
“El secreto para la longevidad es que no hay secretos. Vivimos todos los días y morimos sólo una vez, entonces debemos sacarle el máximo provecho al tiempo que tenemos”, concluyó.
5. Mantener vigente el conocimiento
Habiéndose desempeñado durante más de siete décadas en el campo de la medicina, Tucker ha visto todo tipo de avances, desde lobotomías hasta las más innovadoras técnicas de imágenes computarizadas.
Sin embargo, siempre que tiene la oportunidad, enseña a sus alumnos aquellos conocimientos más tradicionales -por fuera de las nuevas tecnologías- y, de la misma manera, aprende de ellos también.
Esto es aplicable a cualquier profesión que se haya visto impactada por el avance de la tecnología pero que pueda asimismo hacer uso del valioso conocimiento previo a ello.
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