POR RICK WARREN — NOVIEMBRE 30, 2023
“El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no solo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios”. 2 Corintios 9:10-12 (NVI)
Lo que Dios te da, lo quiere dar a través de ti a otros.
Dios está buscando personas a las que pueda usar. Mira a tu alrededor y pregunta: “¿Serás una taza o serás una jarra?” Si eres una taza, simplemente te llenas, y eso es todo. Pero otro tipo de persona dice: “Dios, seré una jarra y puedes dar tu bendición a través de mí hacia otras personas”. Ese es el tipo de persona que Dios quiere bendecir.
La Biblia dice en 2 Corintios 9:10-11: “El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos” (NVI).
Esta promesa se basa en tu voluntad de compartir lo que Dios te suministra. ¿Estás dispuesto a transmitir la bendición de Dios a los demás?
Quizás puedas decir, “¡Espera un minuto! No soy lo suficientemente rico para ser generoso. ¡Oh, sí, lo eres! No importa lo mucho o lo poco que tengas, puedes ser generoso con ello.
Hay una historia en la Biblia sobre una mujer que solo tenía dos centavos, pero los entregó. La idea de que “no tengo suficiente para dar” es un mito. Siempre puedes dar algo. La Biblia dice: “Esta ayuda, que es un servicio sagrado, no solo suple las necesidades de los creyentes, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios” 2 Corintios 9:12 (NVI).
Cuando estés pasando por un momento difícil, todavía puedes decir: “Dios, no tengo mucho, pero estoy dispuesto a compartir. Solo tengo un poco de comida, pero estoy dispuesto a invitar a alguien a cenar”.
Cuando haces esto, Dios promete tres cosas. Primero, crecerás espiritualmente. En segundo lugar, te usará para satisfacer las necesidades de otras personas. Y, tercero, le traerás gloria.
Cuando compartes lo que tienes, Dios abrirá la puerta de la bendición en tu vida de maneras que no puedes imaginar.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Con qué te ha bendecido Dios? ¿Con quién puedes compartir esa bendición esta semana?
- Si crees que no tienes mucho para dar en este momento, ¿qué crees que espera Dios de ti?
- ¿Cómo has visto que Dios te bendice a través de tus ofrendas?
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