No te preocupes por los demás, sus problemas son solo suyos

 No te preocupes por los demás, sus problemas son solo suyos. No les juzgues; es algo que no te incumbe. Pero ¿qué criterio te aplicas a ti mismo?. 

A menudo me piden que no critique las religiones. Pero ellas te han sugerido que juzgues a los demás, te han impuesto unas ideas fijas, y la Vida nunca es fija. 

Nunca te han explicado cómo han llegado a la conclusión de que algo está bien o mal. Esos conceptos les fueron transmitidos por sus predecesores.

Yo no te digo lo que está bien ni lo que está mal. Pero te doy un criterio para que en cualquier situación o contexto seas capaz de juzgar lo que está bien y lo que está mal en esa situación en particular. Algo tan simple y se ha pasado por alto durante miles de años. Quizá precisamente porque es muy simple y evidente.

Todos los que se llaman grandes pensadores, los filósofos y los teólogos, tienen la mirada puesta en los astros. No ven lo que tienen delante porque sus ojos están fijos en un dios imaginario, en un paraíso que hay más allá de la muerte. 

No me interesan todos tus dioses, no me interesa lo que te ocurra después de la muerte. Lo que me interesa es lo que te ocurre en este momento, lo que le ocurre a tu consciencia. 

Porque, estés donde estés, seguirá contigo, incluso después de la muerte. Tu consciencia será la que aporte esa luz que distinguirá lo que está bien de lo que está mal.

Todo lo que te hace estar más atento, ser más consciente, más pacífico, más discreto, más celebrativo, más festivo, es bueno. Todo lo que te hace inconsciente, infeliz, envidioso, enfadado, destructivo, es malo.

No te estoy dando una lista de lo que está bien y lo que está mal. Simplemente te estoy dando claridad para que puedas juzgar en cada momento de la Vida sin tener que acudir a lo diez mandamientos, sin tener que acudir al srimad bhagavadgita, sin tener que preguntarles a los muertos.

¿Por qué no se lo preguntas a la fuente vital que hay en tu interior?.

El único libro sagrado que hay en el mundo eres tú. 

Hasta que no tengas clara una cosa tan simple y tan obvia... inténtalo. 

Cada instante te ofrece una oportunidad. Y te darás cuenta de que tu criterio siempre es valido, sin necesidad de que los muertos te dicten nada.

Tu propio entendimiento va cambiando de un momento a otro. No escuches a nadie excepto a tu consciencia. 

                                         𝗢𝗦𝗛𝗢