POR RICK WARREN — FEBRERO 2, 2024
“Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros”. Hebreos 11:39-40 (NTV)
No es fácil vivir por fe. Vivimos en un mundo imperfecto. El clima ha cambiado. Nuestros cuerpos se han deteriorado. Nuestras relaciones personales son conflictivas.
Cuando Dios expulsó a Adán del huerto, le dijo a Adán que la vida sería difícil. Y lo es. Hay una batalla cósmica en el interior y en el exterior de tu vida. Luchas contra tu propia naturaleza pecaminosa. También luchas contra el propio Satanás, que lo único que quiere es, “robar, matar y destruir”.
Y a veces nos afecta. Sólo queremos rendirnos.
Pero en Hebreos 11, Dios nos anima a resistir, porque Dios no se ha olvidado de nosotros y cumplirá sus promesas algún día. Promete darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11). Promete limpiarnos las lágrimas (Apocalipsis 7). Y nos hace muchas otras promesas a lo largo de su Palabra.
Hebreos 11 menciona una serie de héroes bíblicos que demostraron fe en las promesas de Dios —Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Gedeón, Sansón y otros. Aunque soportaron muchas dificultades, siguieron adelante en su camino espiritual.
Después Hebreos 11:39-40 dice, “Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros” (NTV).
Reflexiona sobre esto:
- Vivir por fe involucra el dolor. Si te das por vencido cuando la vida no está bien, tú nunca aprenderás a confiar en Dios. ¿Por qué crees que es así?
- Es fácil amar a Dios y servirle cuando la vida va bien. ¿Confiarás en Él cuando no sea así?
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