Kauai, Hawai. Fotografía por Charles F. Stanley |
Si quiere servir a los demás, pero no sabe cómo, preste atención a los sutiles impulsos del Espíritu Santo.
Los cuestionarios de dones espirituales son populares por una buena razón: aprender sobre uno mismo es interesante, en especial cuando se trata de nuestro papel en la Iglesia. En el pasaje de hoy, sin embargo, Pablo dice que no solo debemos conocer nuestros dones, sino que debemos usarlos bien (Ro 12.6) énfasis añadido). Así pues, vamos a dedicar los próximos cuatro días a examinar algunos de los que él menciona, empezando por el don de servicio.
El apóstol nos dice que la manera adecuada de servir está en el acto de “servir” (Ro 12. 7). Puede parecer poco, pero la precisión de su afirmación tiene su belleza. Nos está diciendo que no hay reglas complicadas a las que atenerse cuando se ayuda a los demás.
El término griego que Pablo utiliza para referirse a “servicio” ofrece cierta claridad. En su nivel más básico, diakonia (de donde obtenemos la palabra “diácono”) significa “atender mesas”. Se refiere a la idea de “servicio activo, hecho con una actitud dispuesta”. Además, los escritores del Nuevo Testamento a menudo lo utilizan en conjunción con el término griego pístis (véase el v. 6), que significa “fe, confianza o seguridad”.
¿Qué significa esto para nosotros? Que debemos ayudar de buena gana y con fe, sabiendo que el Espíritu Santo nos da poder.
Biblia en un año: DEUTERONOMIO 6-8
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