POR RICK WARREN — MARZO 26, 2024
“Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos” 2 Corintios 5:14-15 (NTV)
La Biblia está llena de mandatos. Pero ¿sabes cuál es el más común?
“No temas”.
Lo encontrarás 365 veces en las Escrituras, incluso varias veces en la historia de Pascua. “No temas” fueron las primeras palabras que el ángel les dijo a los que se presentaron en la tumba en la mañana de Pascua. También fueron las primeras palabras que Jesús pronunció después de la resurrección.
No es de extrañar por qué es un tema común en la Biblia y la historia de Pascua: el temor es el problema más común de la humanidad.
Puede que pienses que no eres una persona temerosa. Pero rara vez te das cuenta de cuántas de tus decisiones se basan en el temor, como el temor a lo que las personas piensan de ti y el temor al fracaso.
¡Pero la Pascua trae buenas noticias! Gracias a la resurrección de Jesucristo, ahora puedes vivir sin temor. La Biblia dice en 2 Corintios 5:14-15, “Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos” (NTV).
Cuando vives de acuerdo con la resurrección de Cristo, la Biblia dice que estás viviendo una vida mejor, una vida libre de temor.
De hecho, hay cinco verdades sobre la resurrección que te liberarán del temor si las comprendes. Compartiré estas verdades durante los próximos dos días.
Primero, sabes que Jesús te dice la verdad. A lo largo de la historia, muchas personas han afirmado ser Dios o el Mesías, pero solo una lo demostró. La Biblia dice: “Quedó demostrado que era el Hijo de Dios cuando fue resucitado de los muertos mediante el poder del Espíritu Santo. Él es Jesucristo nuestro Señor” Romanos 1:4 (NTV).
Sin la resurrección, no podrías confiar en nada de lo que dijo Jesús. Pero puedes confiar en lo que Jesús dice acerca de Dios, el cielo y todo lo demás que enseñó porque resucitó de entre los muertos como dijo que lo haría.
Cuando entiendes que Jesús dice la verdad y que puedes confiar en lo que dice, se vuelve más fácil dejar de lado tus temores.
Segundo, sabes que la muerte no es el final. Hasta que Jesús resucitó de entre los muertos, no sabías si había vida después de la muerte, porque no había pruebas. Jesús cambió eso. La Biblia nos dice: “Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante sí mismo junto con ustedes” 2 Corintios 4:14 (NTV).
No necesitas temer a la muerte, porque la resurrección de Jesús nos muestra que la muerte no es el final de la historia. Es realmente el comienzo de tu vida eterna en la presencia de Dios.
¡Aprender a vivir sin temor transformará tu vida ahora! Mañana compartiré tres verdades más que te ayudarán a vivir libre del temor.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cuáles son algunos de los temores que te impiden vivir la vida con propósito que Dios ha planeado para ti?
- ¿Por qué crees que gran parte de nuestra vida está gobernada por el temor?
- ¿Cómo sería para ti una vida sin temor? ¿Cómo afectaría tus interacciones diarias con otras personas?
¿Estás cansado de ser oprimido por el temor?
No importa quién eres o de dónde eres. Si estás listo para entregar tu vida a Jesucristo, la puerta está abierta para ti.
Puedes hacer esta sencilla oración ahora mismo: “Querido Dios, estoy cansado de fingir y complacer a las personas y del estrés de tratar de ser perfecto cuando no puedo serlo. Estoy cansado de aferrarme a heridas y recuerdos que siguen causando dolor en mi vida. Estoy cansado del temor al rechazo y de ser conocido por esto. Quiero dejar ir todo.
Señor, entrego todo lo que me ha traído vergüenza, arrepentimiento, resentimiento y preocupación. ¡Ya no quiero vivir así! Quiero vivir una vida de libertad, y sé que eso solo se puede encontrar a través de tu Hijo, Jesucristo.
Hoy te confieso mi pecado y te pido que me perdones. Gracias, Jesús, porque abriste un camino para que yo fuera perdonado y aceptado por lo que hiciste en la cruz y tu resurrección. Me someto a ti como Señor de mi vida y quiero seguirte por el resto de mi vida. Por favor, lléname con tu amor y esperanza y ayúdame a caminar en fe, no en temor. Te pido esto en tu nombre. Amén”.
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