Flores silvestres en Val d'Orcia, Italia. Fotografía por Charles F. Stanley. |
En tiempos de sufrimiento, acérquese a Dios en busca de consuelo y de las respuestas que necesita.
¿Es posible acercarse al Padre a pesar de nuestras dudas? La vida de Job sugiere una respuesta. El versículo 15 del pasaje de hoy es clave para entender su mentalidad: “Aunque él me matare, en él esperaré”. No importa lo que sucediera, Job estaba decidido a seguir esperando y confiando en Dios, incluso mientras luchaba por entender por qué sufría. Tanto la esperanza como la duda pueden ser expresiones de fe.
Sabiendo que el Señor era el único que podía responderle, Job quería tener la oportunidad de plantear sus preguntas. Después, en los capítulos 38–41, el Señor respondió, dejando a su siervo tanto humillado como asombrado (Job 42.2-6).
En tiempos de sufrimiento, nosotros también podemos tener preguntas para Dios, como: “¿Qué he hecho mal?”. “¿Por qué me tratas así?” y “¿No ves mi quebrantamiento?”. Cuando eso suceda, podemos consolarnos sabiendo que no somos los únicos. De hecho, el Señor Jesús mismo le hizo una pregunta al Padre celestial. Desde la cruz, nuestro Salvador preguntó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt 27.46).
¿Y cómo responderá Dios cuando le hagamos preguntas sinceras? Nos mantendrá cerca de Él y, por su infinito amor y misericordia impresionantes, nos ayudará.
Biblia en un año: SALMOS 79-84
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