Es fácil reducir el consumo de azúcar al endulzar cafés e infusiones, pero muy complicado calcular cuánto consumimos a través de los alimentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es rotunda en su último comunicado al respecto: debemos reducir el consumo de este producto a seis cucharaditas diarias.
Si queremos hacer caso a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, no hace falta decir que debemos eliminar toda la bollería, los dulces y las golosinas de nuestra dieta. Productos que, aunque pudiera parecer lo contrario, no sólo consume de forma mayoritaria la población infantil, sino también los adultos.
Grandes y pequeños toman, asimismo, helados y refrescos azucarados, productos que antiguamente, según el experto en salud Ata Pouramini, se “consumían excepcionalmente, mientras que hoy forman parte de la dieta diaria”. A ellos les achaca el experto mucha de la culpa de los índices de obesidad y de los malos indicadores de salud, no sólo en los países industrializados, sino en todo el mundo.
El autor de Baby Sugar, un cuento ilustrado en el que se enseña a padres e hijos a reconocer el azúcar oculto, nos ayuda, con estos consejos, a no sobrepasar esas famosas seis cucharaditas recomendadas, más o menos unos 25 gramos.
1. No pasemos por alto la expresión «azúcares añadidos». Nos hemos acostumbrado a ella y engloba una serie de sustancias claramente perjudiciales para la salud cardiovascular. Hablamos de fructosa, sirope de maíz, otros siropes, agave y miel.
2. Cuidado con la fruta enlatada. Echemos a la cesta de la compra la que esté conservada en su propio jugo. De lo contrario lo estará en sirope, con todas las calorías y efectos negativos de este producto.
3. La fruta natural, necesaria y beneficiosa, también tiene mucho azúcar, que puede perjudicar a personas con tendencia a la diabetes. Así pues, plátano, mango y sandía, de excelentes propiedades, deben relegarse a último puesto de la lista, si de azúcar se trata.
4. El azúcar presente en los hidratos complejos se asimila de forma más lenta en la sangre, sin producir esas subidas y bajadas de insulina, que nos llevan a picar entre horas y a tener cambios de humor. Hablamos de alimentos de consumo diario como cereales, arroz y pasta. Sustituyéndolos por otros integrales y ganaremos salud.
5. El azúcar está presente en el 20 % de la composición de los cigarrillos. De ahí, que aparte de la ansiedad de dotar al organismo de una recompensa constante, necesitamos el dulce cuando dejamos de fumar. Cuidado.
Ata Pouramini recuerda, por último, que “los menores son las verdaderas víctimas de la mala alimentación y que, ante las advertencias de las autoridades sanitarias, el azúcar industrial se camufla en los “falsos alimentos sanos”, como los zumos y batidos de frutas envasados”.
T/HispanTV
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