Por: EFE
30 de julio 2017 , 01:01 a.m.
Una educación sexual represiva y basada en ciertos tabúes constituye el principal factor para la anorgasmia, una disfunción sexual que priva de la posibilidad de alcanzar el orgasmo y resulta más frecuente en las mujeres, explicó a ‘Efe’ la sexóloga Irene Moreno.
La anorgasmia es una enfermedad puramente psicológica y cuyas escasas razones físicas se reducen a algunos fármacos o aspectos hormonales, por lo que la educación sexual en la pubertad resulta esencial para detener el desarrollo de tal disfunción.
La anorgasmia es una enfermedad puramente psicológica y cuyas escasas razones físicas se reducen a algunos fármacos o aspectos hormonales, por lo que la educación sexual en la pubertad resulta esencial para detener el desarrollo de tal disfunción.
“La falta de una educación sexual basada en la ciencia, libre de prejuicios y de tabúes”, representa el principal problema de esta disfunción, según la sexóloga. “Sí tenemos una educación sexual, pero es una educación de represión”, aseguró la experta mientras argumentaba que este tipo de doctrinas derivan en una incapacidad de la mujer para el autoerotismo y el desconocimiento de su propio cuerpo.
“Se ha reprimido tradicionalmente la expresión saludable de la sexualidad femenina”, argumentó. Una mejor educación sexual permitiría disfrutar del sexo “de una manera informada, planificada, mucho más libre y consciente”.
Asimismo, lamentó la desdicha de vivir en un mundo en el que tenemos acceso a muchísima información, “pero no quiere decir que sea buena”.
Las estadísticas arrojarían otros resultados, agregó Moreno, si se ejerciera una educación sexual “en la cual se tenga suficiente información para vivir la sexualidad”.
“La búsqueda natural del placer en la mujer está muy reprimida y muy castigada”, aseveró. Pese a que “el 89 % de las mujeres llegan más fácilmente al orgasmo estimulando el clítoris”, por herencias culturales, a la mujer le cuesta todavía el placer.
EFE
“Se ha reprimido tradicionalmente la expresión saludable de la sexualidad femenina”, argumentó. Una mejor educación sexual permitiría disfrutar del sexo “de una manera informada, planificada, mucho más libre y consciente”.
Asimismo, lamentó la desdicha de vivir en un mundo en el que tenemos acceso a muchísima información, “pero no quiere decir que sea buena”.
Las estadísticas arrojarían otros resultados, agregó Moreno, si se ejerciera una educación sexual “en la cual se tenga suficiente información para vivir la sexualidad”.
“La búsqueda natural del placer en la mujer está muy reprimida y muy castigada”, aseveró. Pese a que “el 89 % de las mujeres llegan más fácilmente al orgasmo estimulando el clítoris”, por herencias culturales, a la mujer le cuesta todavía el placer.
EFE
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