Correr en el asfalto o la montaña se convirtió en un lujo que no todos pueden costear. Los zapatos aumentaron este año hasta los 2,8 millones de bolívares, muchas competencias desaparecieron y otras fueron postergadas. Además, pocos patrocinantes tienen “músculo financiero” para apoyar el deporte
Los atletas élite, aficionados y extranjeros entrenaban, esperaban las inscripciones y ansiaban participar en el Maratón CAF 2018, única prueba de 42 kilómetros en Venezuela. Sin embargo, este martes se supo que la séptima edición de la carrera no se realizará sino hasta 2019: se suma así a la larga lista de eventos postergados o cancelados en los dos últimos años. Un duro golpe al running en el país.
La organización del Maratón CAF indicó que destinará los recursos de la carrera a programas de inclusión social.
Los fines de semana en los que había dos, tres y hasta cuatro carreras un mismo domingo quedaron en el pasado. El boom del running tuvo su momento y parece haber desaparecido. Muchos eventos dejaron de realizarse por la crisis económica, patrocinantes que emigraron o quebraron.
Foto: Avs Photo Report
“Es triste. Es lamentable esta situación porque afecta a todos los venezolanos y al desarrollo: tanto cultural como deportivo”, indicó para El Nacional Web Orlando Velásquez, atleta y entrenador del club de corredores 4 Elementos. A la falta de competencias también se suma el éxodo de atletas.
El Club 4 Elementos, que tenía casi 100 integrantes, ha perdido la mitad de sus corredores porque se han ido del país, principalmente a Colombia, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Argentina y Chile. Para otros clubes la situación ha sido peor, pues desaparecieron al emigrar todos sus atletas, señaló el profesor. “Eso se ve en el Parque del Este. Ha disminuido mucho la gente que va a caminar y a correr”, acotó.
“El año más difícil para el running”
Cada carrera es una fiesta. Los atletas dejan el corazón en el asfalto o la montaña para superarse y alcanzar metas, visualizadas durante meses de entrenamiento. La emoción de iniciar la prueba se multiplica por mil al cruzar el arco de llegada y sentir la adrenalina correr por las venas. Celebran haber finalizado por primera vez un reto o bajar al menos varios segundos en su mejor tiempo, así como reflexionar qué se pudo mejorar.
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Este año los arcos de salida y llegada permanecieron en los almacenes, aguardando durante los meses de protestas en contra del régimen de Nicolás Maduro. Muchos atletas honraron a los caídos y exigieron libertad para Venezuela con acciones de calle. Corrieron de forma pacífica. Un respiro ahogado al trotar por los sitios donde, un día antes, había un campo de batalla. Los residuos de las lacrimógenas hicieron efecto retardado en los ojos y narices de los ciudadanos.
“Ha sido uno de los años más difíciles que hemos tenido para el running en Venezuela”, reconoció Velásquez. “Muchos corredores prácticamente abandonaron el entrenamiento. Se sentían desmotivados, tristes y decaídos. Muchos planificando irse del país. Sin embargo, hay otro gran número de personas, como lo vimos en la 2da valida de Gatorade, en la que corrieron más de 3.000 e hicieron buenos tiempos”, agregó.
“La rosca”
Para el profesor Pedro Tovar, entrenador del Club Tovar, uno de los aspectos que más afecta a los atletas es el precio de las inscripciones. A su juicio, son muy elevadas: pese a que hace dos años varias organizaciones acogieron la modalidad de inscripción con franela y sin ella, según el bolsillo del deportista.
Tovar comentó que el nivel de rendimiento ha disminuido en el país. Además, aseveró que hay organizadores de carreras cuyo fin es lucrarse con los precios, pero no ofrecen premiación para las categorías máster, algunas ni siquiera para los ganadores absolutos.
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El tema ahorita más preocupante es el precio de las inscripciones: 70.000 y 80.000 bolívares por cada una (…) A estas alturas hay récords nacionales que se han mantenido por 30 años, por la misma crisis y la rosca de empresarios que hacen las carreras para lucrarse”, dijo el entrenador y atleta para El Nacional Web.
Coincidió con el profesor Velásquez en que hay un número elevado de venezolanos que corren en el exterior, principalmente los élites, pues es más rentable para ellos y reciben mejores premiaciones.
Aprovechó para denunciar una “rosca” dentro del Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela, que pretende comenzar a cobrar, por primera vez, la entrada a los clubes de corredores. Agregó que los recursos del Estado son enviados para el recinto, pero desconoce cómo los gastan las autoridades.
Trail running
El trail running o carreras de montaña pasan por las mismas adversidades que las del asfalto. Pedro Rodeiro, organizador de Eco Venezuela Xtrema, que se dedica a realizar este tipo de eventos, sentenció que el deporte está en crisis.
En 2017 Eco Venezuela Xtrema aún no ha celebrado la primera carrera, frente a las cinco o seis que se realizaron en años anteriores. La inestabilidad política y los costos de los eventos son los principales inconvenientes. El tradicional Ultra Maratón de Mérida, de 55 kilómetros, fue postergado y posteriormente suspendido: primero por el inicio de las protestas y luego porque el aumento de los costos hizo imposible realizarlo. La organización prefirió reembolsar el monto de la inscripción.
“No hay patrocinantes con músculo financiero que cubra la carrera para bajar el precio de inscripción a los atletas, entonces se endosa la cobertura del evento a los atletas”, explicó Rodeiro. Hay incertidumbre sobre la realización del ultra maratón para el próximo año. Los costos de logística y traslados se incrementan por la inflación.
De momento, Eco Venezuela Xtrema prevé convocar el Ávila Race Nocturno para “cerrar el año con algo”. La fecha prevista es el 2 de diciembre.
De 2,5 a 2,8 millones de bolívares
Los zapatos para corredores son específicos para cada persona según su tipo de pisada, ya sea neutra, supinadora o pronadora; así como el tipo de atleta, velocistas o fondistas. Un calzado actualizado, según la edición, ronda los 150 dólares, que se traduciría en 5 millones de bolívares aproximadamente. Los implementos para correr son importados y responden a la tasa de divisas paralela, a la única que pueden acceder los comerciantes.
Julio Díaz, dueño de la tienda Xsport de Chacao, especializada en running, dijo que la comercialización del calzado oscila entre 2,5 a 2,8 millones de bolívares cada par, monto corroborado por El Nacional Web. Además, una franela o short con tecnología antitranspirable cuesta alrededor de 20 dólares por pieza, 800.000 bolívares cada una.
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Díaz añadió que el calzado es “la vida del corredor”, esencial para practicar atletismo permanentemente sin lesionarse, debe ser actualizado, máximo un modelo de 2015, y estar bien almacenado. Las ventas en su tienda cayeron abruptamente por la situación económica del país. Para ayudar a los corredores permiten apartar los productos para pagarlos en cuotas. No recibe divisas preferenciales desde hace tres años.
“Las tiendas están vendiendo excesivamente caro para los corredores. Hay que recordar que la mayoría de la población de atletas es gente humilde, ganan sueldo mínimo. Hay que buscar la manera de que los zapatos sean más accesibles a los atletas”, argumentó Orlando Velásquez al respecto.
Iniciativas para 2018
La postergación del Maratón CAF para 2019 cayó como un balde de agua fría para los atletas venezolanos. La idea de cruzar el arco de llegada de los 42 kilómetros era una de los principales metas de muchos. Velásquez convocó a los clubes de corredores y atletas del país a reunirse este sábado a las 9:00 am, en la concha acústica del Parque del Este, a fin de buscar alternativas a la suspensión del evento.
“No nos podemos quedar sin maratón. Tenemos que buscar la manera de que tengamos la carrera con algún patrocinante, ya sea Polar, Banesco o Movistar. Alguien que salve el maratón del próximo año”, dijo.
Recordó que el maratón de Nueva York, uno de los más emblemáticos del mundo, inició con un club y participaron 300 personas en su primera edición. “Este es un llamado a todos los entrenadores, podemos hacer algo para 2018 (…) Sigo creyendo en este país y hay que seguir con la cara bien alta y trabajar. Soy optimista de que las cosas cambien”, añadió.
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