“¡Que viva el rey! Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios y no he hecho nada malo en contra de usted, su Majestad.” Daniel 6:21-22 (NTV)
¿Has visto alguna vez un milagro en tu vida?
Muchos cristianos no han visto ningún milagro, porque ellos nunca le han dado a Dios la oportunidad de hacer uno. Ellos han jugado a lo seguro durante toda su vida.
¿Quieres que Dios te muestre un milagro? Arriésgate.
No tengas miedo de colgar de una rama; ahí es donde está la fruta.
Si no enfrentas ningún problema grande en tu vida, no sabes que Dios puede resolverlos. Dios se muestra cuando llegas al final de tu cuerda. Si nunca has hecho algo que no puedas explicar cómo sucedió, entonces nunca has confiado realmente en Dios.
La mayoría de la gente va por la vida definiendo su existencia por lo que ellos piensan que pueden hacer. Eres capaz de mucho más —con el poder de Dios.
Daniel en la Biblia es un gran ejemplo de este principio. Él vio milagros porque él no tuvo miedo de tomar riesgos.
En Daniel 6, cuando el rey decreta que nadie podía adorar a otro dios que no fuera él. Daniel desafía la orden —públicamente. Él entonces tomo el riesgo deliberadamente orando a Dios tres veces al día en frente de una ventana abierta. El rey lo envió a una fosa de leones por esta ofensa.
Dios hizo un milagro porque Daniel dio un paso en fe. La gente generalmente no sobrevive una noche en una fosa con leones hambrientos.
Pero después de su noche en la fosa de los leones, Daniel tuvo un visitante real —y para la sorpresa del Rey, Daniel no estaba muerto. Él le dijo al Rey: “¡Que viva el rey! Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios y no he hecho nada malo en contra de usted, su Majestad.” (Daniel 6:21-22 NTV).
El rey entonces dio órdenes de sacar a Daniel fuera de la fosa.
Ese es un milagro. Pero es uno que nunca hubiese pasado si Daniel no hubiera mostrado el coraje de enfrentar la orden en contra de Dios que dio el rey.
Entre más riesgos tomes más problemas tendrás, más milagros verás a Dios realizar. Confía en Dios, y camina fuera hacia la rama.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué “historias de Milagros” de otros creyentes — si los has conocido personalmente o no — te han animado más?
- ¿Qué riegos has tomado en tu caminar con Dios que te condujo a un milagro?
- ¿Dónde en tu vida está el Señor guiándote para tomar un riesgo?, ¿cómo planeas responder a Dios?
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