El agua es una parte indispensable para nuestro organismo: nuestro cuerpo se compone de entre el 55 y el 60% de este líquido, por lo que la necesitamos para vivir. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué sucedería si no bebieras agua?.
El H2O amortigua y lubrica nuestras articulaciones, regula la temperatura y nutre nuestro cerebro y médula espinal. Se encuentra presente en la sangre y también en los órganos: por ejemplo, los pulmones tienen un 83% de agua, y el cerebro y el corazón casi el 75%. Incluso los huesos.
Cada día podemos perder entre dos y tres litros debido al sudor, la orina, las deposiciones e incluso la respiración, por lo que es necesario reponerlo si no queremos deshidratarnos.
Cuando los niveles de H2O de nuestro organismo están bajos, unos sensores del hipotálamo en el cerebro ordenan liberar una hormona antidiurética, que al llegar a los riñones crea acuaporinas, canales especiales que permiten a la sangre absorber y retener más agua, lo que hace que el color de la orina sea más oscuro y esté más concentrada.
Una deshidratación elevada puede tener graves consecuencias para la salud: afecta a los niveles de energía, al humor, a la presión sanguínea y a la hidratación de la piel, efectos negativos para el rendimiento cognitivo.
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