Un estudio publicado y avalado por expertos revela las ventajas y desventajas del running en el organismo humano. Qué hay que tener en cuenta.
Correr al menos una vez alguna maratón es el sueño de muchos entre los millones de personas en todo el mundo que se calzan las zapatillas deportivas a diario. Pero, ¿es un deporte realmente bueno para la salud? Sí, responden los especialistas, siempre que se tomen precauciones.
“Correr podría tener un efecto sustancial en la salud pública en lo que concierne a la prevención de enfermedades y la longevidad”, afirma un estudio estadounidense publicado en marzo en la revista Progress in Cardiovascular Diseases.
Las personas que corren tienen un 30% menos de riesgo de muerte prematura y un 45% menos de probabilidades de morir de una enfermedad cardiovascular que las personas sedentarias, estiman los autores.
Según ellos, una persona que corre regularmente tiene tres años más de esperanza de vida que otra que no lo hace. Estos beneficios parecen superar a los de cualquier otra actividad física.
“Los beneficios de correr son múltiples. Hace que funcione mejor todo el sistema cardiovascular, el corazón y los vasos sanguíneos”, aseguró a la AFP Stéphane Cade, especialista en cardiología del deporte.
Correr también es bueno para la salud mental. “Tiene un impacto sobre la mente gracias a la secreción de hormonas, las endorfinas, que dan una sensación de bienestar”, explicó Julien Schipman, especialista del deporte y la salud en el Instituto Francés del Deporte (INSEP).
Aunque correr puede tener efectos positivos para la salud, hay que tomar algunas precauciones. “Una persona que nunca ha corrido antes debe someterse primero a un chequeo médico”, señaló Julien Schipman.
Además de los riesgos cardíacos, las personas que quieren salir a correr deben antes que nada escuchar a su cuerpo para evitar las lesiones, principalmente en las rodillas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos dediquen como mínimo 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, caminar rápido o 75 minutos semanales de actividad física de alta intensidad, como correr.
Antes de comenzar, hay algunas reglas que se deben respetar, “Hay que evitar correr con altas temperaturas y en las horas de más contaminación”, recomendo Julien Schipman. Otro parámetro importante es el material. “Se recomienda cambiar de zapatillas deportivas cada 1.000 kilómetros o cada año”.
Además de los zapatos convencionales que amortiguan el impacto, las zapatillas minimalistas están de moda. Cuentan con una suela mucho más fina que las tradicionales, dando la impresión de correr descalzo.
Cuando se corre descalzo se apoya primero la punta del pie y no el talón, como con los zapatos convencionales. Ningún estudio ha determinado aún con certeza qué técnica es la mejor para evitar lesiones.
Fuente: Infobae
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