El consumo de tabaco es un importante factor de riesgo ante la incidencia de infección respiratoria y en la severidad en la progresión de la enfermedad, incluyendo también, con la evidencia científica disponible hasta el momento, la infección por el nuevo coronavirus. Lo asegura la Sociedad Española de Epidemiología.
EFE/EPA/SASCHA STEINBACH
Los epidemiólogos responden así a algunas hipótesis que sustentan que la nicotina del tabaco podría tener un efecto preventivo en el contagio o en la reacción inflamatoria exagerada que provoca la COVID-19, la enfermedad del coronavirus.
Hipótesis que “no están acreditadas, por el momento, con una evidencia científica sólida”, apunta la sociedad científica en un comunicado en relación a algunos estudios internacionales que apuntaban esa posibilidad.
La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) considera que en el marco de la estrategia preventiva para contribuir a la reducción del efecto de la pandemia por Covid-19, es fundamental evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas.
Asimismo, se recomienda mejorar la valoración y registro del consumo de tabaco en los sistemas de vigilancia, de modo que se pueda contar con más y mejores datos en los futuros estudios.
El daño que causa el tabaco
El daño que el consumo de tabaco provoca en los pulmones y en el sistema inmune comienza desde que se empieza a fumar.
Los fumadores, en mayor medida los fumadores actuales pero también los ex fumadores, son más susceptibles de sufrir infecciones respiratorias víricas y bacterianas, tanto en sus formas leves como graves, señala la SEE.
Así, el consumo de tabaco duplica el riesgo de sufrir neumonía y tuberculosis e incrementa hasta cinco veces más la probabilidad de enfermar por gripe con un mayor riesgo de hospitalización e ingreso en UCI.
Según la SEE, la evidencia científica de las epidemias precedentes por otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) muestra cómo ser fumador o haber fumado era un importante factor de riesgo que llegaba a triplicar la probabilidad de sufrir esta enfermedad, mientras que en el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV) la asociación, aunque positiva, no llegó a ser significativa.
Hipótesis basadas en series con baja prevalencia
Las hipótesis que apuntan a la nicotina como un factor preventivo en relación a la COVID-19 se basan en la baja prevalencia de consumo de tabaco que presentan algunas series de casos clínicos de enfermos por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Por ejemplo, en una serie de 1.099 casos diagnosticados de COVID-19 durante la epidemia en China se observó que solo un 12,6% de los casos eran fumadores y un 1,9% eran ex fumadores.
También en Estados Unidos, una serie de 7.162 casos de 50 estados de todas las edades, solo el 1,3% fumaba, una prevalencia de consumo de tabaco mucho más baja que la observada en la población general, mientras que el porcentaje de ex fumadores en esos casos era del 2,3%, también más baja que en la población general.
Sin embargo, según la SEE, “a la hora de valorar estos estudios descriptivos, es necesario hacer hincapié en que hasta no tener series de casos más completas, la baja prevalencia tanto de fumadores actuales como de exfumadores, podría estar relacionada con una baja cumplimentación de los registros o con un sesgo de selección”.
Como consecuencia de esta baja prevalencia de fumadores en casos de Covid-19, un estudio francés lanzó la hipótesis de que la nicotina podría tener algún efecto preventivo a nivel de contagio mediante la disminución de la expresión de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE 2).
Esa enzima es el principal receptor del Covid-19 para la entrada en el aparato respiratorio.
“Sin embargo, esta hipótesis contradice otros estudios que demuestran que la nicotina aumenta precisamente la ACE 2, haciendo más vulnerables a los fumadores a esta infección”, puntualiza la SEE.
Sanidad advierte ante tabaco y coronavirus
El Ministerio de Sanidad también ha advertido de que no hay evidencia científica que demuestre los supuestos efectos protectores de la nicotina frente a la COVID-19 y asegura que los estudios difundidos en este sentido son muy preliminares y no tienen en cuenta el daño que causa el tabaquismo en la salud.
En un comunicado, Sanidad ha destacado las investigaciones que demuestran una peor evolución de la Covid-19 en pacientes fumadores, que también indican que fumar conlleva un riesgo 133 veces mayor de desarrollar una forma grave de los síntomas que en personas no fumadoras.
Respecto a los estudios que hablan del factor protector de la nicotina, el ministerio recalca que “estas investigaciones son muy preliminares y no han pasado por el proceso de revisión por pares, con lo cual hay que recibir sus conclusiones con cautela”.
Además, destaca que en los estudios difundidos no se tienen en cuenta los efectos perjudiciales que produce la nicotina y el humo del tabaco en las vías respiratorias y en el sistema inmunitario.
Recuerda también el Ministerio, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es probable que los fumadores sean más vulnerables a la infección causada por el coronavirus, a causa de la manipulación de los cigarrillos y el contacto de estos con los labios.
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