Un estudio reciente confirmó que este tipo de arenavirus, que provoca una especie de fiebre hemorrágica, puede transmitirse fácilmente y no solo al entrar en contacto con roedores selváticos infectados.
El virus Chapare, un tipo de arenavirus conocido en Bolivia desde principios de la década de los años 2000, ha vuelto a ser noticia a raíz de un reciente informe que confirma su transmisión de persona a persona, reporte basado en indagaciones hechas tras cinco contagios en este país suramericano en 2019.
Por mucho tiempo fue confundido con el dengue y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud este provoca fiebres hemorrágicas y es parecido al Ebola.
Aunque su aparición no es reciente, ni tampoco ha habido un brote en Bolivia en lo que va de 2020, la última información al respecto ha levantado las alarmas en un año en que un virus nuevo, el SARS-CoV-2, ha tenido en vilo al mundo entero.
Lo novedoso es que el estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), confirmó que este tipo de arenavirus puede transmitirse de persona a persona y no solo al entrar en contacto con roedores selváticos infectados, explicó a Efe el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de la región central de Cochabamba, Yercin Mamani.
Hasta ahora solo se tenía confirmación de que esta se transmitía mediante la orina y excremento de roedores.
Tres de los cinco infectados en Bolivia el año pasado murieron, lo que representa un alto grado de letalidad, señalaron los investigadores.
Estas son algunas claves para conocer de qué se trata este virus y otros pormenores:
1. ORIGEN, TRANSMISIÓN Y SÍNTOMAS
En Cochabamba se encuentra la provincia Chapare que da nombre al virus al haber sido allí, en la localidad de Samuzabety, donde apareció por primera vez en 2003.
El virus ocasiona una de las dos fiebres hemorrágicas que se tienen en Bolivia, la denominada Chapare, mientras que la otra es la de Beni, la región amazónica situada en el noreste del país donde en la década de los años 1980 hubo un brote, indicó Mamani.
El portador de este tipo de arenavirus es un roedor silvestre que suele habitar en el noreste amazónico de Bolivia, pero cuya presencia también fue detectada en 2019 en la zona subtropical de los Yungas, en el departamento de La Paz, según informaron en su momento las autoridades sanitarias nacionales.
Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos difundido esta semana confirmó que este tipo de virus también se puede transmitir de persona a persona.
Las formas de contagio son al entrar en contacto con fluidos corporales como la sangre, saliva u orina, a diferencia del coronavirus que se transmite por el aire, aclaró Mamani.
Entre los síntomas están la fiebre y dolores en varias partes del cuerpo, además de hemorragias en las encías que eventualmente pueden llegar a una “hemorragia interna masiva, una coagulopatía y una falla multiorgánica” que es lo que ocasiona la muerte del paciente, precisó.
2. LOS CASOS EN BOLIVIA
Mamani explicó que no se descarta que haya habido otros casos en Bolivia antes de 2003 porque hasta entonces no se conocía el virus Chapare.
En 2014 hubo un caso sospechoso en el Chapare que luego fue descartado y no se tuvieron otros hasta mediados de 2019, cuando se registraron cinco contagios originados en la localidad de Caranavi, en los Yungas paceños, recordó.
En aquella ocasión, el “paciente índice”, un lugareño que llegó al hospital de Caranavi con un cuadro febril, contagió a una médica que cumplía allí su internado antes de graduarse y que también enfermó.
La joven fue trasladada a La Paz donde, a su vez, se contagiaron otros dos médicos que la atendieron, mientras que el quinto caso fue un agricultor que enfermó meses después.
Bolivia activó entonces protocolos de bioseguridad con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluyeron la llegada al país de especialistas del exterior para identificar el virus.
Inicialmente los casos se trataron como una enfermedad vírica desconocida, aunque luego se pudo confirmar que se trataba de arenavirus causado por el genotipo Chapare.
De los cinco casos reportados en 2019, tres fallecieron y dos superaron la enfermedad, entre ellos el agricultor y un médico que estuvo ingresado en un hospital durante más de cinco meses.
3. LAS INDAGACIONES RECIENTES
A raíz del brote de 2019, se enviaron a los CDC muestras sanguíneas del “paciente índice” y de otros contagiados para un estudio.
El reporte final, difundido esta semana, señala que el código genético obtenido de ratas selváticas a las que también se tomó muestras coincide con el de los pacientes fallecidos en La Paz.
Como estos pacientes no han estado en contacto con los roedores, pero sí con personas infectadas, “sale como una nueva conclusión de este artículo que el virus se puede transmitir de humano a humano a través de los fluidos corporales que tienen una alta carga viral”, explicó Mamani.
“Esa es la nueva conclusión, porque antes simplemente se conocía que se transmitía de los fluidos de las ratas, especialmente de la orina, hacia los seres humanos”, indicó.
Al haberse tomado como base el brote de 2019, el reporte reciente calculó la tasa de letalidad en más del 60 %, pues tres de cinco contagiados fallecieron.
Según Mamani, por ello se dijo que sería más letal que el ébola, pues la tasa de mortalidad de esta enfermedad es del 45 %.
4. LAS PRECAUCIONES
Una de las acciones que se tomaron en 2019 para controlar el brote fueron las desratizaciones en la zona afectada.
Para que no haya contagios, lo principal es evitar el contacto con los vectores que en este caso son los roedores selváticos, señaló el director del Sedes de Cochabamba.
“Primero, no internarse a esos lugares y si se va, se debe tomar las medidas de seguridad correspondientes, como el uso de botas para no entrar en contacto con estos fluidos o ser mordidos por estas ratas”, recomendó.
Si una persona presenta algún síntoma relacionado con la enfermedad, debe acudir de inmediato a un centro de salud porque, si bien no hay un tratamiento específico para la enfermedad, “se puede hacer un tratamiento sintomático y salvar la vida”.
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