Francisco no está “confinado” o aislado, por el contrario, esta crisis lo ha “energizado”, dice su biógrafo
“El Papa fue incomprendido en sectores donde la religión se redujo a una ética o una moral”, dijo a Aleteia Austen Ivereigh, biógrafo de Jorge Mario Bergoglio, quien ha colaborado con él en la redacción de su nuevo libro: Soñemos Juntos. El camino a un futuro mejor (Ed. Penguin Random House, 2020).
Ivereigh sostiene que Francisco durante la cuarentena demostró ser un “piloto de tormentas”. Y comentó que el Papa no está “confinado” o aislado de su pueblo: sueña y vive por él, y, al contrario de lo que se pueda pensar esta crisis lo ha “energizado”.
Apenas después de la Pascua, el Papa había nombrado una comisión del Vaticano para pedir asesoría a expertos a nivel internacional sobre el mundo post-Covid.
Su biógrafo considera que Bergoglio es una guía espiritual para un mundo en crisis, especialmente en uno de los momentos más oscuros debido a los “virus humanos y socioeconómicos” y, demostró ser un navegante experto en aguas turbulentas.
El periodista británico describe que fue el 27 de marzo, mientras las iglesias estaban vacías y las calles desoladas, cuando desde la plaza de San Pedro oscura, lluviosa y desierta, dejó en claro que “la humanidad se encontraba en un punto de inflexión” y, unos días después pidió a la comisión vaticana «preparar el futuro»: vio a la Iglesia no solo respondiendo a lo que se venía, sino ayudando a darle forma”.
El director espiritual de un mundo en crisis
“El Papa está acompañando a la humanidad en su noche oscura, tratando de abrirle nuevos horizontes”, comenta Ivereigh.
“Francisco no está a cargo del proceso de cambio, sino que está buscando abrirnos a la gracia que Dios siempre nos ofrece en tiempo de tribulación, señalando y advirtiendo sobre las tentaciones y los obstáculos que nos impiden recibir esa gracia.
En el fondo, ese es el oficio del director espiritual. Yo pienso que esto explica gran parte del liderazgo de Francisco en la Iglesia. No está buscando él imponer cambios, sino que está tratando de facilitar los cambios que siempre nos ofrece el Espíritu Santo”, agregó.
El libro es una continuación de la entrevista de Ivereigh a Francisco realizada durante el confinamiento, publicada en abril por el ABC de España, sobre las tentaciones, los obstáculos y las oportunidades que la crisis del coronavirus presenta a las personas de hoy.
Ivereigh cuenta que propuso al Papa una narrativa estructurada en tres partes que captara ese proceso de conversión. Francisco lo reformuló en «contemplar-discernir-proponer». En primer lugar, insta a examina la realidad, por incómoda que sea, sobre todo para develar el sufrimiento en las periferias.
Realizará cambios sustanciales en la Iglesia solo si…
El Papa nos invita a abrir procesos más que ocupar espacios. “La cuestión es abrir procesos. Y me parece que la segunda parte del libro, sobre los Sínodos, muestra que él en el fondo solo va a cambiar algo en la Iglesia, estoy hablando de una reforma sustancial, si ve evidencia de que el Espíritu Santo está detrás de esa renovación”.
Ivereigh, que ha escrito otros dos libros sobre Bergoglio “El Gran Reformador” (2015) y “Wounded Shepherd” (2019), tiene analizado como el Papa “explica los criterios que utiliza para tener ese tipo de certeza”. Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se refiere a operaciones del ánimo.
“Es el discernimiento de espíritus: entendiendo cómo actúa el buen espíritu, cómo actúa el mal espíritu, y, a través de los procesos sinodales, buscar señales de la bondad de Dios, a través de los movimientos en los Sínodos. Eso me parece lo explica con profundidad en este libro”.
La Iglesia al servicio del pueblo
Un Sínodo es una ocasión para ‘escuchar’ la Iglesia al servicio del pueblo. “Su visión de la iglesia es de una institución que necesita seguir las huellas del pueblo de Dios, Cristo ya conoce al pueblo, entonces es esa conexión con la gente.
Por eso, él advierte sobre la conciencia aislada que es una mentalidad en el fondo elitista donde uno busca solo unirse a otros turistas, alejado del pueblo”.
La muchedumbre que sigue a Jesús
El periodista de asuntos religiosos, señaló que en la tercera parte del nuevo libro dedicada al análisis de ‘tiempos para actuar’, el Papa expone que “el pueblo de Dios tiene una hermenéutica, un modo de ver el mundo que la Iglesia tiene que también asumir. Es esa su visión de la Iglesia del pueblo capaz de unidad en la diversidad”.
Al respecto, el Papa le contó a Ivereigh cuando visitaba la plaza Constitución en Buenos Aíres, donde encontraba al pueblo explotado de la periferia. Ahí, “se encuentra con los ‘cartoneros’. Él decía que le parecía encontrar en esa muchedumbre al pueblo que seguía a Jesús. Eso me tocó profundamente y explica mucho”.
La religión que se reduce a una moral o ideología
El Papa también ha sido atacado dentro de la Iglesia debido a lecturas ideológicas o ultra conservadoras de sus gestos y de sus palabras. «También fue un riesgo en la época de Jesús cuando las élites religiosas querían adueñarse de la religión y utilizarla para su propio poder. Ese riesgo existe hoy igualmente en la Iglesia.
El Papa ha sido incomprendido en sectores donde se ha reducido la religión a una ética o una moral. Él siempre insiste, citando a Benedicto XVI, que el cristianismo nace de un encuentro personal con Cristo que te cambia el horizonte. De ahí fluye lo demás.
El problema es que sin ese encuentro, la religión se reduce a una moral o se convierte en una ideología. Y eso ha pasado en muchas partes del mundo donde el catolicismo se ha identificado con ciertas posturas políticas y culturales”, responde Ivereigh.
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