Casi todo el mundo puede convertirse en un sabio con la mentalidad correcta y un poco de esfuerzo. Nosotros te decimos qué es lo que puedes hacer.
La sabiduría requiere una base de inteligencia, pero la verdadera sabiduría es una combinación de equilibrio (la capacidad para considerar todos los aspectos de un tema), apertura mental, disciplina y preocupación por el bien común.
No hay un atajo hacia la sabiduría, pero las siguientes estrategias te llevarán por el camino correcto:
Lee el periódico
No se puede elegir de manera equilibrada, salvo que se comprendan las circunstancias mundiales y las experiencias de los otros.
Si todavía no lees el periódico, comienza por leer un solo artículo de la portada, de principio a fin, todos los días. No le des sólo una rápida leída, intenta leer las notas principales de todo el periódico cada día.
La mayoría de los periódicos suben sus artículos a internet, así que puedes tener acceso a las noticias de manera virtual en cualquier momento.
Lee más libros
Aunque los acontecimientos actuales son importantes, los libros —de ficción y de no ficción— pueden ayudarte a expandir tu visión del mundo y permitirte explorar ideas nuevas y puntos de vista sin abandonar el confort de tu sofá.
Conserva tu vida social
Los estudios muestran que las personas que se mantienen conectadas con otras revelan niveles más altos de sabiduría que aquellas que están más aisladas.
Haz el esfuerzo de unirte a un club, abrir una cuenta de Facebook o invitar a un viejo amigo o a un vecino nuevo a tomar un café. Y la próxima vez que estés en una fiesta o una reunión, elije a alguien que se encuentra solo y comienza una conversación, recuerda que a la gente le encanta hablar de sí misma.
A ti, por otro lado, te toca el trabajo más difícil: debes escucharlos.
Practica tener una mente más abierta
La sabiduría consiste en ser capaz de comprender todos los aspectos de un tema sin que las emociones o los sentimientos personales se interpongan en el camino.
Tener mentalidad abierta significa generar empatía y darse cuenta de que todos tienen una historia de vida que influye en sus acciones.
En el transcurso del día, anota las circunstancias que te despiertan emociones fuertes y tómate un momento para intentar ver el problema desde otro ángulo. Es una buena práctica … ¡Y nadie tiene que enterarse!
Estimula tu conocimiento
Has aprendido muchísimo por el solo hecho de estar vivo, pero ¿te has tomado el tiempo de repasar todo lo que has aprendido? Intenta este ejercicio: escribe tus tres mayores fracasos y tus tres mayores éxitos.
Revisa los hechos que te llevaron a esos éxitos y a esos fracasos y las lecciones que aprendiste de esas experiencias. Busca patrones de conducta.
No es el momento de lamentarse o enorgullecerse; el objetivo es aprender a mirar cada experiencia de vida como más combustible para tu sabiduría.
Extraído del libro ‘Cómo entrenar su mente. Guía para mantener su memoria y su cerebro en forma de por vida’ editado por Selecciones Reader’s Digest.
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