Aunque declarar que la risa “es la mejor medicina” puede ser exagerado, una buena carcajada siempre ayuda a seguir adelante
Wendi Aarons se encontraba escribiendo en su biblioteca local cuando el sonido de una voz enojada hizo que todos levantaran la vista. Una usuaria, indignada por la política del lugar, juró que llevaría a su hijo a otra biblioteca y se marchó molesta tras increpar al personal. Toda la sala estaba “muy alterada”, recordó Aarons, humorista de Austin, Texas. “Era un silencio horrible e incómodo”.
No obstante, Aarons, experta en equilibrar el humor y la incomodidad, vio una oportunidad. Se levantó y dijo: “¿Alguien tiene el número de esa otra biblioteca? Porque me gustaría llamar y advertirles”.
Las risas estallaron; la incomodidad se esfumó. Las cosas volvieron a la normalidad. Este es el poder sutil de “tomarse las cosas a la ligera”.
“La ligereza es una mentalidad”, aseveró Naomi Bagdonas, profesora de la Escuela de Negocios de Posgrado de la Universidad de Stanford que asesora a los ejecutivos sobre cómo liderar con humor y humanidad. “Se trata de buscar razones para estar contento en lugar de decepcionado con el mundo que te rodea”.
Bagdonas se une a un coro de expertos que afirman que cultivar la despreocupación o ligereza es fundamental para el bienestar. Tratar de tomarte las cosas a la ligera puede parecer un reto dada la situación del mundo; una práctica más seria —como la atención plena, que en efecto tiene sus ventajas— puede parecer más adecuada para “estos tiempos sin precedentes”. Pero tomarnos las cosas con menos seriedad nos permite “viajar más ligeros”, afirmó Willibald Ruch, profesor e investigador de Psicología Positiva en la Universidad de Zúrich, y “salva al organismo y al alma de un camino demasiado accidentado”.
Beneficios fisiológicos
Cuando estás estresado, tu sistema nervioso desencadena la respuesta de “lucha o huida”, lo cual provoca una cascada de efectos fisiológicos: tu cuerpo libera hormonas del estrés que aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial. La respiración se vuelve breve y superficial y los músculos se tensan. En ocasiones, esto es útil, como cuando estás en peligro inmediato, pero a menudo (como cuando vas retrasado y estás atorado en el tráfico) la respuesta al estrés añade una incomodidad innecesaria a una situación de por sí desagradable. Con el tiempo, el estrés crónico puede afectar a la salud de manera negativa.
“La despreocupación es nuestro vehículo principal para restablecer un estado de relajación”, comentó Emiliana Simon-Thomas, directora científica del Greater Good Science Center de la Universidad de California, en Berkeley. Esta ayuda a crear una defensa y a escapar del estrés mental y físico que sustenta gran parte de nuestro sufrimiento, dijo.
El humor y la despreocupación están relacionados, pero no son términos intercambiables. Existen más estudios sobre el humor y otros fenómenos como la risa, el juego, la diversión y la alegría, comentó Ruch, pero gran parte de las investigaciones relacionadas con este tema se engloban en el término “despreocupación”, explicó. El elemento central que subyace a estas experiencias superpuestas es una sensación de despreocupación, así como una actitud de no tomarse todo tan en serio.
Aunque declarar que “la risa es la mejor medicina” puede ser un poco exagerado, una buena carcajada tiene efectos potentes.
Aunque declarar que “la risa es la mejor medicina” puede ser un poco exagerado, una buena carcajada tiene efectos potentes. Hay estudios que relacionan la risa con cambios positivos en la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la tensión muscular.
Y muchas otras pruebas sustentan la idea de que vivir con ligereza puede ayudar a las personas a sentirse mejor. Existen estudios de menor tamaño que relacionan la risa, el humor y el divertirse con el aumento del optimismo, la sensación de estar en control y la satisfacción con la vida, además de una reducción en la depresión, la ansiedad y el estrés. La investigación también indica que el humor nos ayuda a crear lazos más fuertes con los demás, con vínculos a una mayor satisfacción tanto en las relaciones románticas como en el entorno laboral.
Cultivar la diversión
La idea de “trabajar la despreocupación” o la ligereza puede parecer un poco forzada, pero, como ocurre con cualquier otro hábito, la práctica ayuda y hay evidencias de que la creación intencional de experiencias divertidas tiene los mismos beneficios que la diversión espontánea. Esto ocurre incluso con las personas depresivas que hay entre nosotros: “La capacidad de divertirse y vivir despreocupado es una de las maneras en que las personas pueden cambiar”, señaló Caleb Warren, codirector del laboratorio Humor Research Lab de la Universidad de Colorado y profesor de Mercadotecnia en la Universidad de Arizona.
Para ello, Ruch y sus colegas hicieron que los participantes siguieran un curso de formación sobre el humor de ocho semanas de duración en el que realizaron las siguientes tareas en nombre de la ciencia: vieron más programas de televisión de comedia, se rieron más fuerte o durante más tiempo de lo que lo harían por lo general, identificaron juegos de palabras en los medios de comunicación y en las conversaciones e hicieron chistes a costa de sí mismos. Los participantes en el curso de humor informaron que este aumentó su nivel de alegría y redujo la seriedad.
Entonces, ¿cómo probar esto en casa, sin la ayuda de un entrenamiento oficial en humor? A continuación, te presentamos cómo podrías comenzar.
Identifica cosas que sean mínimamente divertidas
Buscar cosas “divertidas” puede convertir la ligereza en una tarea. En lugar de eso, intenta identificar “hechos reales y un poquito encantadores”, aconsejó Bagdonas. ¿Verdad que cuando tu hija está enojada y entra en la habitación, como que se parece a una dictadorcita ebria? Cuando pasas por un parque para perros, ¿te das cuenta de cómo toda la escena parece un bar de solteros caninos?
Sensibilizarte a estos momentos te prepara para notarlos y saborearlos, comentó Heather Walker, psicóloga organizacional quien se describe a sí misma como una “persona seria en recuperación” y dirige una consultoría en el lugar de trabajo llamada Lead with Levity (Lidera con despreocupación; en inglés, “lead” significa liderar pero también plomo, y “levity” es despreocupación y ligereza, por lo que un lector podría detectar juegos de palabras entre estas dos acepciones y habría que disculparlo por hacerlo).
Crea un diario de despreocupación
Date un tiempo para registrar tus experiencias divertidas. Quizá cuando saliste a correr por la mañana te rebasó un hombre vestido de Santa Claus o tal vez durante el trayecto al trabajo el conductor del tren hizo un anuncio totalmente ininteligible y tú hiciste contacto visual con otro viajero y ambos rieron. Estos momentos son buenos candidatos para añadir a tu diario.
Los estudios basados en el humor han descubierto que el simple hecho de anotar tres cosas divertidas de tu día (o contarlas a lo largo de la jornada y repasar el total por la noche) durante una semana puede reducir los síntomas de la depresión y mejorar el bienestar hasta por seis meses.
Lee tu diario con frecuencia para reproducir las sensaciones agradables e incluso para reírte. “Cuando lo relees, estás reviviendo esa experiencia y tu cuerpo se va a beneficiar”, explicó Walker.
Cuando algo salga “mal”, intenta tomártelo a la ligera
La teoría de la “falta benigna” del humor dice que los errores inofensivos tienen mucho potencial para ser graciosos si se miran de la manera correcta, explicó Warren. Así que, cada vez que cometas o seas testigo de una torpeza inocua (por ejemplo, que olvides silenciar tu micrófono durante una reunión de Zoom y hacer que todos escuchen una conversación entre tú y tu gato) es una oportunidad excelente para divertirte.
Los pequeños contratiempos son fáciles de replantear en el momento, pero guarda el material más desafiante para después. Hacerlo con fallas más graves es más fácil en retrospectiva porque el tiempo te da la distancia psicológica necesaria para reducir la percepción de una amenaza, dijo Warren. Por ejemplo, una pelea con tu pareja sobre quién debía vaciar el lavavajillas, puede parecer más divertida uno o dos días después del suceso inicial.
Pasa tiempo con personas que te hagan reír
Si la idea de llevar un diario de despreocupación o de reírte de tus propias desgracias hace que quieras llorar, deja que la despreocupación surja en compañía de tus seres queridos.
El humor y la despreocupación surgen con naturalidad cuando estamos con las personas que nos ponen alegres, aseveró Bagdonas. Es “una melodía fundamental de la conversación humana”.
Identifica tu propio sentido del humor
Si estás seguro de que no tienes vena cómica, es posible que no conozcas tu sentido del humor. Todo el mundo tiene uno, según Jennifer Aaker, científica del comportamiento y profesora de Mercadotecnia de General Atlantic en la Escuela de Negocios de Posgrado de la Universidad de Stanford. Identificar el tuyo te permitirá usarlo.
Ella y Bagdonas identificaron cuatro estilos de humor: los que son atrevidos e irreverentes, los que son más serios y con frecuencia se burlan de sí mismos, los que utilizan el sarcasmo (maestros de la indirecta inesperada) y los que son animadores expresivos y carismáticos.
Reconocer tu estilo te permite identificarlo y apreciarlo y te prepara para estar más consciente del humor de otras personas, lo cual hace que seas más generoso con tu risa, explicó Aaker.
Haz del humor un ingrediente básico en tu dieta mediática
Además de fomentar la mentalidad de la despreocupación, disfruta de los frutos de la buena comedia. Hay infinidad de generadores de contenido en TikTok, programas de televisión, escritores y podcast por ahí. ¿Por qué no cambiar algunos de los espeluznantes dramas criminales por contenidos que te diviertan?
Aarons recomienda seguir a comediantes, escritores humorísticos y personalidades en las redes sociales, además de buscar en Netflix series que le hagan cosquillas a tus gustos particulares. “Sugiero encarecidamente que te des un tiempo para darle prioridad”, concluyó Aarons. “Incluso en los días sombríos, trato de encontrar algo que me haga reír o sonreír, aunque sea un tonto meme de gatos”.
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