Disposición alegre

Montalcino en Toscana, Italia. Fotografía por Charles F. Stanley.

 Dios ofrece misericordia de manera voluntaria y generosa, no de mala gana; y nosotros deberíamos hacer lo mismo.

26 de febrero de 2024

Santiago 2.8-12

Hoy concluimos nuestro estudio de Romanos 12.1-8 al hablar de la misericordia, el último don espiritual mencionado en la carta de Pablo. Este don es un poco más descriptivo en la traducción al español: el apóstol dice que “el que hace misericordia” debe hacerlo “con alegría” (Ro 12. 8).

La palabra para “mostrar misericordia” es eleeó, que significa “mostrar misericordia como Dios la define” o “según su verdad”. Es decir, nuestro objetivo debe ser mostrar misericordia como Dios mismo lo haría: con generosidad y sin vacilaciones. El término también transmite la idea de su “lealtad de pacto” o “amor de pacto”. Dios nos ama y nos muestra misericordia incluso cuando somos infieles y desobedientes, y le rompemos el corazón. También debemos demostrar misericordia inclusive cuando las personas no cumplan con nuestras expectativas o nos lastimen.

Por último, la palabra traducida como “alegría” —hilarotés— significa “no con renuencia” o “ya convencidos, aprobando”. Debemos mostrar misericordia sin necesidad de ser persuadidos, instigados o convencidos para hacerlo. Más bien, hacerlo debería ser nuestra actitud predeterminada. Cuando obramos con el poder del Espíritu Santo, la misericordia brota de nosotros tan fácilmente como el agua de un grifo.

Biblia en un año: DEUTERONOMIO 15-17