Kauai, Hawái. Fotografía por Charles F. Stanley. |
Dios le invita a llevar sus cargas a Él cada día.
Dios quiere que hablemos con Él, y Mateo 7.7, 8 es una invitación a hablar con Cristo de cualquier cosa. Él dijo que si tenemos una necesidad, debemos pedir; si buscamos respuestas, las encontraremos; si queremos que se abran oportunidades, Él responderá cuando llamemos. Aun así, muchos de nosotros no pasamos tiempo en oración como deberíamos.
Renunciar a la oración puede ser costoso. Si no pasamos tiempo con el Señor, podríamos encontrarnos en una pendiente resbaladiza, deslizándonos a través del cansancio, el desánimo y la duda. Hoy vamos a ver el primero de estos. Mañana podremos examinar los otros dos.
Ciertas situaciones nos hacen pagar un precio emocional, físico o espiritual; las llamamos cargas. Pero Dios no quiere que las llevemos sobre nuestros hombros. De hecho, la Biblia nos dice que echemos esas cargas sobre el Señor, quien nos sostiene y “cada día lleva nuestra carga” (Sal 55.22; 68.19 LBLA).
Llevar a cuestas nuestras preocupaciones y afanes es agotador, porque no estamos hechos para tales cargas. Así que imagínese los hombros de Cristo sobre los suyos, soportando sus problemas. Es posible que la carga no desaparezca, pero se siente maravillosamente más ligera cuando se la entrega al Señor.
Biblia en un año: JUECES 18-19
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