Kauai, Hawái. Fotografía por Charles F. Stanley |
Para reflejar cada vez más la gloria de Dios en el mundo, pida su sabiduría y su poder.
Pablo deseaba con fervor que el Cuerpo de Cristo madurara. El apóstol pidió que los cristianos conozcamos la voluntad de Dios y luego...
Tengamos una vida piadosa (Col 1.10). Pablo oró para que nuestro carácter, conversación y conducta concuerden con los del Señor. Debemos mirar compasivamente a los demás, ofrecer ayuda y hablar de perdón y amor. El carácter de un creyente, aunque imperfecto, debe reflejar la rectitud de Cristo.
Hagamos que nuestra vida cuente (Col 1.10). A Dios le importa profundamente lo que se hace en obediencia a Él y habló de la importancia de dar fruto, lo cual solo es posible cuando nos mantenemos conectados a Él (Jn 15.5).
Experimentemos el poder de Dios (Col 1.11). Por medio de la presencia del Espíritu Santo, tenemos todo lo que necesitamos para hacer la voluntad de nuestro Padre celestial.
Mantengámonos fieles y agradecidos (Col 1.12). Dios responde en su tiempo perfecto. Mientras tanto, debemos mantenernos firmes en oración y ser agradecidos por todo lo que ha hecho.
Siempre que oremos estos versículos, nuestras peticiones se apegarán a la voluntad de Dios. Primera de Juan 5.14, 15 nos dice que Él responde las oraciones que se alinean con sus propósitos.
Biblia en un año: 1 REYES 13-14
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