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¿Qu茅 significa ser culto? Quiz谩, en 煤ltima instancia, nada de eso, al menos no si nos inclinamos por esa tradici贸n del pensamiento que no teme combinar conocimiento y moral para que ambos formen mejores personas. En alg煤n punto de nuestra cartograf铆a personal, leer una o diez novelas est谩 o deber铆a estar conectado con nuestra capacidad para prestar alg煤n tipo de ayuda a un desconocido en la calle.
¿Podemos escuchar una pieza de Bach, quedar arrobados por su belleza, sentir que gracias a Bach la vida vale la pena ser vivida y, aun as铆, no actuar en consecuencia y, digamos, ser capaces de cuidar de una planta y regarla todas las ma帽anas? Hasta cierto punto, algo tiene de condenable e hip贸crita el sibarita est茅ril que dice amar la belleza y sin embargo no hace nada para asegurar su presencia y persistencia en este mundo. "Belleza m谩s piedad: eso es lo m谩s cerca que podemos llegar a una definici贸n de arte. Donde hay belleza hay piedad, por la simple raz贸n de que la belleza debe morir", dijo alguna vez Vladimir Nabokov.
La lista que presentamos a continuaci贸n enumera las 8 cualidades que, seg煤n el gran escritor ruso Ant贸n Ch茅jov, distinguen a una persona verdadera, aut茅nticamente culta, alguien que de alg煤n modo ha comprendido que la sapiencia es tal cuando enaltece pero no ensoberbece, cuando nos distingue de los dem谩s pero no nos pone, en modo alguno, por encima de nadie.
Los puntos provienen de una carta que un joven Ant贸n de 26 a帽os escribi贸 a su hermano Nikolai cuando 茅ste ten铆a 28 y comenzaba a ganar fama como pintor en la capital rusa. Fechada en Mosc煤 en 1886, la misiva pretende ser una serie de consejos para un artista incipiente que, seg煤n el modelo rom谩ntico, se quejaba de que nadie lo entend铆a. "La gente te entiende perfectamente bien. Si t煤 no te entiendes a ti mismo, no es culpa de ellos", le escribi贸 entonces Ch茅jov, en un tono recriminatorio, pero tambi茅n totalmente l煤cido y, lo m谩s importante, coherente.
Se trata, en suma, de un documento que vale la pena conocer y reflexionar, confrontar con nuestras propias actitudes y preguntarnos en qu茅 medida convertimos lo que sabemos en acciones que hacen bien a nuestro mundo ―nuestro peque帽o, 铆ntimo mundo.
1. Respetan la personalidad humana y, por lo mismo, son siempre amables, gentiles, educados y dispuestos a ceder ante los otros. No hacen fila por un martillo o una pieza perdida de caucho indio. Si viven con alguien a quien no consideran favorable y lo dejan, no dicen "nadie podr铆a vivir contigo". Perdonan el ruido y la carne seca y fr铆a y las ocurrencias y la presencia de extra帽os en sus hogares.
2. Tienen simpat铆a no s贸lo por los mendigos y los gatos. Les duele el coraz贸n por aquello que sus ojos no ven. Se levantan en la noche para ayudar a P. […], para pagar la universidad de los hermanos y comprar ropa a su madre.
3. Respetan la propiedad de otros y, en consecuencia, pagan sus deudas.
4. Son sinceros y temen a la mentira como al fuego. No mienten incluso en peque帽as cosas. Una mentira significa insultar a quien escucha y ponerlo en una posici贸n m谩s baja a ojos de quien habla. No aparentan: se comportan en la calle como en su casa y no presumen ante sus camaradas m谩s humildes. No son proclives a balbucear ni obligan la confidencia impertinente de los otros. Por respeto a los o铆dos de otros, callan m谩s frecuentemente de lo que hablan.
5. No se menosprecian por despertar compasi贸n. No tensan las cuerdas de los corazones de los dem谩s para que los otros giman y hagan algo (o mucho) por ellos. No dicen "Soy un incomprendido" o "Me he vuelto de segunda mano" porque todo eso es perseguir un efecto simpl贸n, es vulgar, rancio, falso…
6. No tiene vanidad superflua. No se preocupan por esos falsos diamantes conocidos como celebridades, por estrechar la mano del ebrio P.*, por escuchar los arrebatos de un espectador extraviado en un espect谩culo de im谩genes, o ser reconocido en las tabernas. […] Si ganan unos centavos, no se pavonean como si estos valieran cientos de rublos, y no alardean de poder entrar donde otros no son admitidos. […] Los verdaderamente talentosos siempre se mantienen en las sombras entre la muchedumbre, tan lejos como sea posible del reconocimiento. Incluso Krylov** dijo que el barril vac铆o da un eco m谩s sonoro que el lleno.
7. Si tienen un talento, lo respetan. Le sacrifican el descanso, las mujeres, el vino, la vanidad […]. Se sienten orgullosos de su talento […]. Adem谩s, son fastidiosos.
8. Desarrollan para s铆 la intuici贸n est茅tica. No pueden ir a dormir con la misma ropa, ven las grietas de las paredes llenas de insectos, respiran un mal aire, caminan en el piso reci茅n escupido, cocinan sus alimentos sobre una estufa de aceite. Pretenden tanto como sea posible contener y ennoblecer el instinto sexual. […] Lo que quieren en una mujer no es una compa帽era de cama. […] No piden inteligencia ah铆 donde se manifiesta la mentira constante. Quieren, especialmente si son artistas, frescura, elegancia, humanidad, la capacidad de la maternidad. […]. No tragan vodka a todas horas, d铆a y noche, no huelen los armarios porque no son cerdos y saben que no lo son. Beben s贸lo estando libres y en ocasi贸n […]. Porque ellos quieren mens sana in corpore sano ["mente sana en cuerpo sano"].
Y as铆 sucesivamente. As铆 es como son las personas cultas. Para ser culto y no quedar atr谩s, no es suficiente con haber le铆do Los papeles del club Pickwick o haber memorizado el mon贸logo de Fausto […]. Lo que necesitas es trabajar constantemente, d铆a y noche, leer constantemente, estudiar, voluntad […]. Cada hora es preciosa para ti […]. Ven con nosotros, tira la botella de vodka, descansa y lee… Turgenev, si quieres, a quien adem谩s no has le铆do.
Tienes que deshacerte de tu vanidad, ya no eres un ni帽o… pronto tendr谩s treinta.
¡Es tiempo!
Te espero… Todos nosotros te esperamos.
Imagen: Osip Braz (1.898)
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