miércoles, 31 de mayo de 2017

¿QUÉ ES LA HIPERSEXUALIDAD? ESTOS 15 FAMOSOS HAN CONFESADO QUE LA PADECEN


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Hugh Jackman, Lindsay Lohan, Britney Spears... Así afrontan su adicción al sexo



Según un estudio de la organización británica de asesoramiento familiar, una de cada 20 personas tiene un problema de hipersexualidad. En España 1.600.000 personas están diagnosticadas con este trastorno que se da más en hombres (85 %) que en mujeres (15 %), ya que estas últimas tienen menos inclinación hacia "el sexo exento de lazos emocionales". Pero, qué es la hipersexualidad. Según la OMS: "Impulso sexual excesivo". Es decir, un aumento excesivo en la actividad sexual de una persona conllevando consecuencias negativas sociales, emocionales y físicas, como dejar de disfrutar del sexo para obsesionarse con la cantidad de los encuentros sexuales. En otras palabras: adicción al sexo.
Según los expertos, la aparición de Internet es un estímulo para esta adicción, con su infinita oferta de chats, webcams, pornografía gratuita, aplicaciones de contactos y demás ciberinventos. De hecho, el trastorno está tan extendido que la OMS ya lo considera un problema grave de salud física y mental. 
Es difícil esbozar un retrato robot fiable del sexo adicto medio. El doctor Josep María Farré, del Instituto Universitario USP Dexeus (Barcelona), propone uno: "Tienen cierta predisposición las personas con características impulsivas, con control deficiente y búsqueda excesiva de novedades, o con tendencia al fracaso social".
El estrés, el bajo control de los impulsos y emociones y la baja tolerancia a la frustración también pueden llevar a desarrollar esta dolencia. El hipersexual sufre un intenso sentimiento de culpa, se hace continuos autorreproches y tiene una confusa percepción de lo que es bueno o malo, mucho o poco. La mayoría compatibilizan este problema con otros. “El 30 % son adictos a tóxicos. Otros, adictos en cadena: al juego, a la comida, al ejercicio... Un 21 % están también deprimidos. Son personas con carencias graves, y el sexo es su forma de compensarlas. Usan su cuerpo y el de los demás como un objeto", sentencia Farré.
Daños emocionales aparte, algunos efectos secundarios de la actividad sexual compulsiva son irritabilidad, náuseas, insomnio o ansiedad. Y alguna lesión física. Según cuenta el sexólogo y psicólogo clínico Esteban Cañamares, “la próstata y la uretra en particular y todo el cuerpo en general sufren mucho con este tipo de excesos”.
"Tienen predisposición las personas con características impulsivas, con control deficiente y búsqueda excesiva de novedades"
Doctor Josep María Farré, del Instituto Universitario USP Dexeus (Barcelona)
Aunque su cuerpo y su alma se resientan, el adicto del sexo es insaciable. Solo vive para satisfacer sus fantasías. Pero llega un día en que, tras agotarse el placer del orgasmo, se le cae el mundo encima. Y piensa: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. En ese momento, entra en consulta. El doctor Cañamares opina: “Es posible curar la adicción al sexo tratándola como cualquier otra adicción. Se necesitan unos pocos meses o varios años de psicoterapia, según el caso. Hay que reeducar las costumbres para vincular el sexo con los sentimientos. El grado de recaída es alto, pero el 50 % de los pacientes consiguen recuperar el control de sus impulsos”.
Otra opción es dirigirse a Adictos Sexuales Anónimos, una confraternidad de personas que, como los alcohólicos, utilizan la terapia de grupo para superar su dependencia y rehacer su vida. Se trata de un servicio gratuito, que se mantiene con los donativos voluntarios de los miembros. Y luego está la clínica, que es la opción más cara, pero también la más eficaz. Famosos como Russell Brand o Michael Douglas, que han ingresado en clínicas para tratar su hipersexualidad, son los mejores embajadores de estos lugares.
En España, una de las más famosas es Capistrano. Su director, el doctor José María Vázquez-Roel, cree que el mayor obstáculo para curar la hipersexualidad es que “se suele tomar menos en serio que la ludopatía, la toxicomanía y otras dependencias. Así que, de entrada, es positivo sacar al paciente de su entorno cotidiano, para que poco a poco vaya recuperando el control de su cuerpo”. Solo en los casos más graves se utilizan fármacos: “Usamos potenciadores del efecto de la serotonina en el cerebro. También antiandrógenos o similares, pero únicamente si hay conductas peligrosas”, afirma el doctor.
A continuación, pasaremos revista a un puñado de famosos que han bregado con su hipersexualidad y, en muchos casos, la han pagado muy cara. No es nuestra intención glamourizar este trastorno, sino más bien poner sobre el tapete casos con nombre y apellido que nos demuestren que, seas quien seas, puedes caer en las redes de tu propia libido.

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