Debemos Elegir Aceptar la Gracia de Dios

“La paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23 NTV).

La Biblia dice en Romanos 6:23, “La paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” (NTV). Podrás decir que la gracia es el regalo que se sigue dando. Cuando conoces a Jesucristo y su gracia y amor, se pone cada vez mejor. Está disponible y se extiende por toda la eternidad. ¡Lo mejor está por venir!

¿Cómo será el cielo? Tú vas a reunirte con tus seres amados quienes conocen al Señor. Vas a ser recompensado por tu fe. Vas a ser reasignado a una posición de trabajo que amarás. Vas a ser liberado del dolor, la depresión, la desesperación, la vergüenza, y la culpa, y vas a regocijarte y festejarás por la eternidad. ¡qué buena oferta!

Pero hay un detalle: Tienes que aceptarlo.

Imagina ir a casa hoy y encontrar un regalo en tu mesa, pero lo dejas ahí sin abrir por el siguiente año. ¡Eso sería ridículo! Un regalo no vale nada a menos que lo aceptes. Debes aceptar la gracia de Dios a través de su hijo, Jesucristo.

Tal vez te has mantenido al margen porque tienes miedo de ser rechazado. Tal vez fuiste rechazado por tus padres. O tal vez fuiste rechazado por un hermano o una hermana o compañeros de clase. Tal vez has sido rechazado por una expareja que se fue y dijo cosas dolorosas que todavía recuerdas.

Pero hay una persona quien nunca te rechazará, y su nombre es Jesucristo. Él te está diciendo, “Ven a casa”. ¿Te has sentido abrumado secretamente por esa vergüenza en tu vida? Puedes deshacerte de eso hoy. Entre más entiendas la gracia de Dios, más te enamorarás de Dios y más desearás estar cerca a Jesús –porque es casi imposible no amar a alguien quien te ama así de mucho.

Reflexiona sobre esto:

• ¿Como deberías responder a la gracia de Dios cuando consideras que es un regalo?
• ¿Qué culpa o vergüenza o amargura en tu pasado evita o está evitando que aceptes la gracia de Dios? ¿Se lo has entregado a Dios completamente?
• ¿Qué significa “venir a casa” con Dios?