No tenemos que vivir en pobreza espiritual; Dios nos promete sus riquezas, cada día.
29 de septiembre de 2023
Imagínese que usted ha ahorrado durante mucho tiempo para disfrutar de un crucero. Por fin, está a bordo con dos maletas. La primera noche, cuando anuncian por el altavoz “la cena está servida”, usted saca de una maleta unas galletas de mantequilla de maní y se sienta a la mesa de su pequeño camarote. Cada día, a la hora de comer, repite el ritual. No es que no le gusten los sabrosos banquetes del barco. Solo no sabe que las comidas están incluidas en el precio del boleto. Durante dos semanas disfruta de hermosos paisajes fuera de las cubiertas, pero come comida seca y rancia en su habitación.
Esta triste historia es una metáfora de cómo algunos creyentes viven la fe. Dios ha prometido saciar todas las necesidades de sus hijos: sus riquezas están incluidas en el precio que Cristo pagó por nuestra salvación (Ef 1.18). Sin embargo, a veces tratamos de vivir con nuestros propios recursos. No sabemos que el amor, el poder y la provisión de Dios están en el menú.
La relación de un creyente con Cristo es de completa unidad. Él es nuestra vida, y su Espíritu vive en nosotros. Por lo tanto, todo lo que está disponible para el Señor también está disponible para nosotros: todo el poder y la fortaleza.
Pase tiempo en la Palabra para aprender acerca de todas las riquezas que le son dadas por medio de la fe. Dios promete a los creyentes todo lo necesario para vivir bien y sabiamente.
Biblia en un año: Zacarías 1-5
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