Un informe revela que la crisis económica ha aumentado la violencia en el segundo país inseguro de América Latina
MAOLIS CASTRO
Eduardo Ollarves fue arrestado hace un mes en la ciudad petrolera de Lagunillas, en el Estado de Zulia, por el robo de cinco calabazas. El famélico joven de 16 años, vestido con un suéter roto y desteñido, aparecía en una fotografía custodiado por dos militares con fusiles, como un trofeo ganado por las autoridades en la enardecida guerra contra el crimen en Venezuela.
El hambre ha añadido su cuota a la ya de por sí incontrolable inseguridad de Venezuela. Un informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), una ONG especializada en el estudio del crimen, ha desvelado el surgimiento de los delitos relacionados con la escasez de alimentos este año: hurtos, robos y saqueos.
El estudio indica que, históricamente, los robos estuvieron motivados por la búsqueda de un “consumo suntuario” en Venezuela: unos zapatos de marca o un teléfono móvil. Pero la marcada crisis económica ha disparado la inseguridad. “El empobrecimiento y la escasez de alimentos ha llevado a respuestas muy variadas en la sociedad, entre ellas el robo de alimentos o a personas para conseguir dinero y así poder comprar comida”, concluye el reporte anual.
La violencia ha crecido con fuerza en esta nación caribeña. La ONG registró 28.479 asesinatos en 2016, una cifra solo superada por El Salvador. Esta estadística ha coronado a Venezuela como el segundo país más inseguro de América Latina. “Nuestros cálculos indican que al finalizar este año Venezuela tendría una tasa de muertes letales 3,6 veces mayor que las de Colombia y Brasil”, dijo Roberto Briceño León, director del OVV.
Este es otro récord del crimen en Venezuela. Hasta el año pasado se habían registrado 27.875 asesinatos. Briceño León asegura que las desacertadas maniobras del Gobierno para combatir la inseguridad han contribuido al incremento de las muertes violentas. En 2016 hubo un aumento de 65% a 79% en las víctimas de agentes de cuerpos de seguridad. Un buen número de estas muertes se achacan a la Operación de Liberación del Pueblo, un plan anticriminalidad emprendido por el Gobierno.
El empobrecimiento y la escasez ha llevado al robo de alimentos o a personas para comprar comida
Saqueos recurrentes
La crisis económica se ha instalado en Venezuela desde 2013. Y la inflación, principal preocupación de sus ciudadanos, puede superar este año el 700%, según cálculos del Fondo Monetario Internacional. Antes, la aguda escasez de alimentos había atrincherado a las familias a las desorbitantes filas en las entradas de los supermercados. Pero ahora los productos han reaparecido a costos inaccesibles para los pobres —la tercera parte de la población— que, en casos extremos, se han visto abocados a hurgar en basureros, robar o saquear supermercados para conseguir alimentos.
El 11 de diciembre, el presidente Nicolás Maduro ordenó sacar de circulación los billetes de 100 bolívares, los de más alta denominación y equivalentes a dos céntimos de dólar, en tres días para frenar el tráfico del papel moneda hacia Colombia y Brasil. Pero la maniobra derivó en el caos en 10 provincias venezolanas. Aunque Maduro extendió la circulación del billete de 100 bolívares hasta enero, los saqueos continuaron la semana pasada en el Estado de Bolívar. Más de 350 negocios de esta región fueron arrasados por hordas en esta localidad minera de Venezuela. Allí, la mayoría de las transacciones comerciales se hacen con dinero en efectivo. De ahí que muchos de sus habitantes se hallaran desesperados ante la imposibilidad de comprar alimentos y otros productos.
Pero este delito se ha convertido en un denominador común. Hasta septiembre se habían producido más de 537 saqueos o intentos de saqueo, según la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. En ciertos caseríos, la inseguridad ha restringido la llegada de alimentos a barrios y pueblos populares. El asalto a camiones que transportan comida también ha renacido como un delito común.
PIE: Una mujer pasa frente a agentes de la Guardia Nacional Bolivariana en La Fría, en el Estado venezolano de Táchira. / BLOOMBERG
Un país sin justicia
La justicia ha sido tomada por el pueblo en Venezuela. Según el informe del Observatorio Venezolano de Violencia, este año se han producido entre uno y tres linchamientos a la semana. Aunque este delito ya se producía en esta nación, las causas cambiaron en el último año. Antes, las víctimas de los linchamientos habían cometido crímenes como asesinatos o violaciones, pero ahora muchas personas son ajusticiadas por hordas por haber robado o hurtado.
La ONG también ha registrado, entre los linchamientos, palizas a personas inocentes. Los expertos consultados por el observatorio interpretan el incremento de este delito como una respuesta a la alta impunidad en Venezuela.
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