Es uno de los precursores del género y ahora vive una segunda época dorada gracias a que la nueva generación no olvida: "Los chamaquitos de ahora lo tienen muy fácil y se malacostumbraron"
Yandel (Puerto Rico, 1978) no tiene ningún problema en reconocer que hubiese preferido nacer dos décadas después. "Me hubiera gustado salir ahora como artista porque hay mucha facilidad. Hubiera disfrutado de muchas más reproducciones y hubiera cobrado mucho dinero", dice.
El puertorriqueño se encuentra por primera vez de promoción en España pese a llevar 25 años de carrera. Es, sin duda, uno de los padres del reguetón, aquellos que se atrevieron con las primeras canciones y traspasaron las fronteras de sus países. Referentes como Tego Calderón, Daddy Yankee o Wisin, su ex compañero de dúo.
Gasta flow de estrella total con un collar de brillantes donde se lee su nombre, gafas de sol y ropa de marca de arriba a abajo. Le acompaña su esposa, pero también su representante y varios miembros presumiblemente de su seguridad privada que parecen porteros de discoteca.
Aquí no solo viene de visita por los medios, va a recoger el triple disco de platino por 150, su exitosa colaboración con Feid. Una canción que ejemplifica perfectamente la segunda época dorada que están teniendo carreras como la suya gracias a que las nuevas generaciones no dudan en contar con los precursores del reguetón, ahora que se ha convertido en el género más popular.
- Me decías antes de comenzar la entrevista que es tu primera vez de promoción en España en 25 años de profesión.
- Así es. Siempre me habían comentado que en España suena nuestra música pero nunca había tenido la oportunidad de venir.
- Después de más de dos décadas, ¿cómo seguir reinventándose? ¿Qué haces para no quedarte atrás?
- Mira, en mi último disco, Resistencia, quise hacer colaboraciones diferentes para darme ese update, ese refrescar un poco lo que es mi música. Por eso tengo colaboraciones con personas como Young Miko o Feid, que son de la nueva generación y están súper pegados ahora mismo.
- ¿Cómo es tu relación con esta nueva generación del reguetón?
- Siempre estoy pendiente a todo lo que sale nuevo y de lo que los chamaquitos están escuchando. Entonces soy yo el que siempre hace el acercamiento por Instagram. A veces le tiro a esa persona y le digo: "Óyeme, vamos a colaborar". Y ellos me dicen: "¿¡¡Qué?!!! ¡La leyenda! Pues seguro que sí". Siempre tienen un sí para mí por el respeto que tienen a mi trayectoria.
- ¿Cómo de relevante crees que ha sido que estos artistas nuevos os tengan en cuenta a aquellos de los inicios del reguetón a la hora de hacer colaboraciones? ¿Sientes que estás teniendo una segunda vida musical?
- Así es. Por eso lo hago, ellos dan vida en la música. Cuando colaboras con ellos son nuevos fanáticos, nuevos chamaquitos. Yo he estado cantando ahora en RD [República Dominicana] con Feid y cuando miraba para el frente veía a chamaquitos de 16 años disfrutando y cantando mi música. Son momentos en los que piensas "guau, cómo convierten esos temas antiguos en nuevos". Es impresionante.
- Similar a la colaboración que habéis hecho Wisin y tú con Rosalía en 'Besos Mojados'.
- Claro, lo de Rosalía es un refresh también. 'Besos mojados' fue un tema al que nunca le dimos promoción ni vídeos ni nada, pero sabíamos que era un éxito porque la cantábamos en los shows y la gente nos la pedía. Cuando le preguntamos a Rosalía qué canción nuestra le gustaba para hacer juntos nos la dijo y nos pareció perfecto.
- ¿Con qué soñabas cuando empezaste y cómo ha cambiado ese sueño?
- Pues mira, yo soñaba con tener un carro brutal con música y con prendas. ¡Me encantaban las prendas! Y, fíjate, ahora las tengo y ni me gusta usarlas. Solo las pongo cuando son cosas de promoción.
- ¿Y en cuanto a objetivos en la música?
- Nosotros nunca imaginamos que este género iba a llegar tan lejos. Yo lo empecé como un hobbie. Yo era barbero y recortaba. Tenía mi propia barbería. Al principio siempre íbamos a los estudios a grabar, pero luego nunca salíamos en los discos. Era luchar todo el tiempo contra eso. Hasta que en 1998 nos sacaron en el disco No Fear 3 de DJ Dicky y de ahí pa'lante. Fuimos creciendo con un género que no existía. No creían en el reguetón ni en mi propia isla. No nos aceptaban en ningún lado.
- ¿Por qué crees que pasaba eso?
- Mira, fuimos trabajando y demostrando. También cambiamos el contenido de las letras. Al principio era bien fuerte así que fuimos dándole una vuelta y haciendo canciones románticas. Así fuimos creciendo y fueron creyendo en el género.
- ¿Hubo un cambio real al cambiar el contenido de las letras?
- Sí. Ahí fue cuando empezamos a sonar en la radio. Ahora las letras son fortísimas. Yo escucho a los chamaquitos cantando y son bien fuertes. Nosotros no hacíamos eso para nada.
- ¿Qué peso crees que has tenido tú en el auge del reguetón?
- Pienso que hemos trabajado muchísimo y siempre hemos sido profesionales. Hemos invertido en nuestro negocio sin esperar que una disquera quisiera hacer algo por nosotros. Siempre sacamos el dinero de nuestro bolsillo y trabajando a ese nivel alto la gente lo ha entendido.
- ¿Fue difícil ir rompiendo barreras?
- Sí, sí. Como te dije, no nos querían en la radio, no nos querían en la televisión... Entonces cuando entramos dijimos: "Ya no nos para nadie". Sentíamos que el reguetón era un género brutal, que la pasabas bien en la discoteca cuando sonaba nuestra música. Era brutal sentir cómo la gente cantaba nuestras canciones en fiestas patronales, cumpleaños, quinceañeros...
- ¿Con qué logro te quedarías?
- Siento que con mi etapa como solista. Para mí fue un reto porque la marca Wisin y Yandel era muy fuerte. Era duro romper eso aunque nuestro propósito no fue romperlo, sino experimentar cosas distintas. Pero sí, me quedaría con la etapa de solista que además logré ganar dos Grammy.
- ¿Cambiarías algo del pasado?
- No. Siento que hasta los errores sirven para aprender y ser más fuerte.
- Casi todos los artistas de esa primera generación del reguetón habéis vuelto y estáis colaborando con la generación actual, pero falta uno. ¿Qué pasa con Tego Calderón?
- Se quedó en su casa tranquilo (risas). No sé lo que está sucediendo con Tego Calderón. No tengo ni idea, pero es muy amigo mío. Yo le tiro todo el tiempo y le digo que hagamos un tema. Pero él cogió su tiempo. A lo mejor no quiere saber nada de la fama. No sé.
- ¿Cómo te planteas tu carrera a partir de ahora? ¿Hacia donde quieres ir?
- Yo sigo trabajando y voy a seguir haciéndolo porque me encanta lo que hago. Lo llevo en la sangre. Pero pienso que después de aquí me iré a ser productor de otros artistas. Estoy ahora con La Firma en Netflix ayudando a estas nuevas generaciones a que no pasen por lo que hemos pasado y me gusta.
- ¿Qué es eso por lo que no quieres que pasen?
- Creo que tienen que ser personas que se hagan respetar, darles una dirección. Hay chamaquitos que hacen una canción y ya quieren que sea un éxito. No todas las canciones van a funcionar. Se creen que la primera ya va a tener el éxito más grande.
- Para vosotros antes era impensable pero entiendo que, como ya hay algún caso de éxito a la primera, ellos lo ven como algo posible.
- Hay chamaquitos que pegan la primera canción y les funciona. Pero pienso que brincan muchos pasos. Se pierde el sentido de la música. Ahora está muy fácil y se malacostumbraron.
- ¿Te hubiera gustado ser un artista de esta generación?
- Sí, me hubiera gustado salir en estos momentos porque hay mucha facilidad. La música que yo hice, que fue tan exitosa, no tiene los mismos views que si hubiera salido en este momento. Yo estaría disfrutando de todas esas views y hubiera cobrado mucho dinero.
- ¿Hasta dónde puede llegar el reguetón? ¿Ha llegado su tope?
- Es la música del momento y le falta muchísimo aún. Yo te diría que va a tener el control muchos años. Va a seguir creciendo porque a esta música no hay quien la pare.
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