Mi hijo quiere vender.......

𝐌𝐢 𝐡𝐢𝐣𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐥𝐢𝐦𝐨𝐧𝐚𝐝𝐚. Enseñalos a perder el miedo y vender desde chiquitos.

Vamos a ser claros desde el principio: 𝐬𝐢 𝐧𝐨 𝐥𝐞 𝐞𝐧𝐬𝐞ñ𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐮𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨𝐬, 𝐥𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐭á𝐬 𝐫𝐨𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐦á𝐬 𝐯𝐚𝐥𝐢𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧. Así de simple. 

Vender no es solo una forma de hacer dinero; es una𝐡𝐞𝐫𝐫𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐚, una habilidad que marcará la diferencia entre vivir dependiendo de un salario o ser dueños de su propio destino. Y sí, la venta empieza tan temprano como con un simple puesto de limonada. No se trata de jugar a "ser emprendedores" por diversión, sino de aprender una lección real que muchos adultos aún no entienden: en la venta está el dinero. Siempre.

𝟏. 𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨, 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐞𝐜𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐚

Cuando tu hija te dice que quiere vender limonada, ¿qué haces? ¿La felicitas por su "iniciativa" y le das unas cuantas monedas para que se compre lo que quiera? Error. Este no es el momento para alentar sueños infantiles con recompensas vacías. Este es el momento para enseñarle la verdadera esencia de lo que significa vender. La lección más importante que le puedes dar no es la de cómo hacer limonada, sino cómo ofrecerla al mundo. ¿Por qué? Porque la capacidad de vender está ligada al éxito financiero en cada etapa de la vida. Si no le enseñas esto ahora, te arrepentirás cuando crezca pensando que "vender" es algo que solo hacen los demás.

𝟐. 𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐞𝐧𝐝𝐢𝐠𝐚𝐫, 𝐞𝐬 𝐨𝐟𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐯𝐚𝐥𝐨𝐫

Uno de los problemas más grandes que enfrentan los emprendedores —y adultos en general— es que les da pena vender. Tienen miedo al rechazo, miedo a ofrecer su producto o servicio, como si pedirle a alguien que compre fuera un acto vergonzoso. ¿Vas a permitir que tu hija crezca con esa mentalidad? ¡Por supuesto que no! Vender no es rogar por dinero. Vender es decir: "Tengo algo que te va a beneficiar, algo que necesitas, y te lo ofrezco porque creo en lo que tengo". Si tu hija aprende a vender con orgullo y confianza, habrá aprendido la lección más importante que puede recibir de ti. El dinero no llega a quienes tienen buenas intenciones, sino a quienes saben comunicar su valor.

𝟑. 𝐍𝐨 𝐬𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐫 𝐝𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨, 𝐬𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐞𝐫

Vender también es enseñar a tu hija que no todo el mundo dirá que sí, y eso está bien. Aquí viene una lección que pocos padres enseñan: el rechazo no es un fracaso, es parte del proceso. Si se desanima porque alguien no quiere su limonada, felicítala. ¿Por qué? Porque está aprendiendo una de las verdades más duras del mundo empresarial: no todos van a querer lo que ofreces, pero eso no significa que no tengas valor. El éxito en las ventas no se mide solo por cuántas personas te dicen que sí, sino por cuántas veces te levantas después de escuchar un "no".

𝟒. 𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐬𝐭á 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐧𝐭𝐚𝐬, 𝐧𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐢𝐝𝐞𝐚𝐬

Muchos adultos crecen con la idea de que las buenas ideas son lo que trae el éxito. Mentira. No importa cuán buena sea la limonada de tu hija si no sabe cómo vendérsela a la gente. Las ideas no generan riqueza, la venta sí. Si aprendes esto desde pequeño, tendrás una ventaja competitiva en la vida que pocos llegan a desarrollar. No se trata de qué tan bueno es tu producto, se trata de qué tan bien puedes convencer a otros de que lo compren. ¿Cuántos genios con ideas brillantes están viviendo una vida de mediocridad? ¡Miles! Y todo porque nadie les enseñó a vender.

𝟓. 𝐇𝐚𝐳 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐬𝐞𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐧𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚𝐥, 𝐧𝐨 𝐮𝐧 𝐭𝐚𝐛ú

Muchos padres crían a sus hijos como si vender fuera algo de lo que avergonzarse, como si pedir dinero fuera sinónimo de ser menos que los demás. Es hora de romper con ese mito. Vender es empoderar a nuestros hijos, es darles las herramientas para ser independientes y autosuficientes. No le enseñes a tu hija a vivir con miedo a hablar de dinero o a ofrecer algo. Enséñale a ver la venta como una parte natural de la vida, porque en el mundo real, todo se trata de vender: ideas, productos, sueños, incluso a nosotros mismos.

En un mensaje sencillo: 𝐒𝐢 𝐧𝐨 𝐥𝐞 𝐞𝐧𝐬𝐞ñ𝐚𝐬 𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫, 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐭á𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐩𝐚𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐟𝐫𝐚𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫 o trabajarle a alguien mas que si sabra vender.

El puesto de limonada de tu hija es casi una metafora.. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐢 𝐧𝐨 𝐥𝐚 𝐞𝐝𝐮𝐜𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐞𝐥 𝐯𝐚𝐥𝐨𝐫 𝐫𝐞𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫, 𝐥𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫á𝐬 𝐪𝐮𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞𝐟𝐢𝐧𝐢𝐫á 𝐬𝐮 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨. No le tengas miedo a la venta, enséñale a tu hija a abrazarla. Porque si no le das esta lección hoy, crecerá siendo una adulta que depende de otros para su estabilidad económica, y la vida la golpeará más fuerte de lo que cualquier cliente pueda rechazarla.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐞𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐨 𝟐𝟎𝟐𝟒 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐩𝐜𝐢ó𝐧, 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝.